sábado, 17 de junio de 2017

MIKAËL 4 de junio de 2017





Soy Mikaël, Príncipe y Regente de las Milicias Celestes. Bien amados Hijos de la ley del Uno, que la Paz y el Fuego del Amor estén en vosotros.
…Silencio…
Intervengo en este día de Pentecostés como tercer componente de la nueva tri-Unidad. Tal y como os he anunciado, hace ya numerosas semanas que las aguas de la Tierra están siendo sembradas y que la Tierra misma está siendo arada. Hoy, en este día de Pentecostés, por la gracia del Espíritu Santo, por la gracia del Paracleto, por la gracia de la nueva tri-Unidad, siembro vuestros códigos vibrales en resonancia con la eternidad de vuestra Presencia en este mundo.
Ha llegado el momento de dejar alejarse lo que sólo pasa. Ha llegado el momento de acoger el Espíritu de la Verdad, acompañado de mi espada, cortando y alumbrando lo que todavía podría necesitarlo en el seno de vuestra Presencia.
Acojamos juntos, si queréis, al Espíritu de la Verdad, generando entonces, en este día y en los días siguientes, una potencia sin igual de la percepción del Fuego Ígneo en vuestro pecho y en el Espíritu de vuestra cabeza, bajando al Corazón del Corazón, realizando la unión final del efímero y del Eterno en vuestra Presencia.

Las reglas y la dualidad inherentes a este mundo, se encuentran hoy en vías de transformación, por el hecho de la intensidad del Espíritu presente en la tierra y de la intensidad de las partículas adamantinas que han llevado, hasta vuestra intimidad, el Fuego del Espíritu.
La Unidad, principio de toda vida libre, se manifiesta en el mismísimo seno de la dualidad residual de este mundo en extinción, con el fin de dejar sitio a la verdadera Vida en la Eternidad. Lo que sucede en vuestra tierra hoy, es decir en vuestro cuerpo físico, está directamente ligado y unido a la acción de los cuatro Elementos ya presentes desde hace muchos años en vosotros, a los cuales se ha añadido ahora el Éter primordial, realizando la última etapa de la fusión de los Éteres en el mismísimo seno de vuestro cuerpo de carne. Así, la transubstanciación celular, material, ha empezado para muchos de vosotros, permitiendo a la Luz no estar frenada por la existencia de vuestra materia, independientemente de cualquier noción ligada a vuestras envolturas sutiles.
La perforación de las capas aislantes de vuestro cuerpo finaliza hoy, dando a cada uno la libre posibilidad de entregarse al Espíritu de la Verdad, con el fin de dejar que la Luz, en totalidad y en exclusividad, guie vuestros pasos y vuestra vida.
En esta etapa, en este día y en los días siguientes a la Pentecostés, se realiza en vosotros, por esta transubstanciación, la emergencia de las nuevas leyes llamadas leyes del Uno, aquí mismo en este mundo ahí donde estáis, dándoos a percibir, a vivir, a sentir, lo que ocurre en este cuerpo de carne según si estáis alineados con el Espíritu de la Verdad o alineados con vuestro personaje.
Esta especie de confrontación es una resolución de los últimos antagonismos a veces presentes todavía en algunos de vosotros, correspondiendo a la costumbre y a la adhesión a este mundo, de la manera que sea. Esta nueva mirada, este estado último de la conciencia manifestada en este mundo, viene literalmente para consumir los últimos obstáculos a la emergencia de la Luz en el seno de vuestra carne, como de vuestro corazón.
Así se realiza la totalidad de la Nueva Eucaristía, haciendo desaparecer una forma ilusoria, reemplazándola por la forma eterna del cuerpo de Êtreté. Las manifestaciones ligadas a esta alquimia ocurren en vuestro cuerpo con una intensidad jamás observada hasta la fecha. La modificación de las necesidades ligadas a la corporeidad de la carne, desaparecen unas tras otras, con el fin de permitir a vuestra Presencia tomar todo el sitio y todo el espacio.
Por la gracia del Fuego Ígneo y por la gracia del Paracleto, este proceso alquímico alcanza ahora la totalidad de vuestra vida efímera, que sea en vuestro cuerpo, en vuestras envolturas sutiles como en vuestro entorno.
Este cambio de reglas y de manifestaciones, en el mismísimo seno del efímero y antes de la Llamada de María, os ofrece la posibilidad de ver claro todo lo que no se había visto todavía para muchos de vosotros. Se trata aquí también, como fue especificado durante las Teofanías, de un ajuste extremadamente fino, permitiendo, lo esperamos, para un número muy grande de vosotros presentes en la carne, de vivir este paso en las condiciones más tranquilas, más ligeras y más felices posibles.
Acordaos que en estos tiempos de Gracia y de Teofanía, ya no hay más tiempo de trabajar en la historia personal de ninguna manera, sino de realizar vuestro corazón. Ya no hay más tiempo de buscar la menor causa para la emergencia de lo nuevo, que no depende os lo recuerdo, de ninguna causa ni de ninguna reacción, sino que es la expresión del libre juego de la conciencia, aquí mismo en este mundo que vive, durante este mes, sus últimos sobresaltos de resistencia de lo que es dual.
Estáis invitados en este día de Pentecostés y durante todo el mes de junio de este año 2017, a dejar morir lo que se aleja de vosotros. No hay nada que perder, sólo hay que ganar la verdad de la Eternidad, sin esfuerzo, a partir del momento en que no existe en vosotros ninguna pregunta, ni ninguna interrogación acerca de la realidad de la Luz o la verdad de lo que vivís.
Encomendar el Espíritu en las manos de la Eternidad, es aceptar, sin mirar atrás, lo nuevo y lo Desconocido, que no es ni un anhelo, ni una esperanza sino que ya es, para muchos de vosotros desde hace muchas semanas, una verdad inquebrantable e inalterable que se desvela a vuestro ritmo. Este ritmo que habéis vivido, que es el vuestro durante las Teofanías y hasta este jueves incluido, será reemplazado, progresivamente o brutalmente según el avance y la sincronicidad del desarrollo de la escena final, con respecto a las señales celestes, a las señales terrestres y a las señales humanas.
Os incumbe, en cuanto finalicen las Teofanías programadas por la Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres y por María misma, de vivir en Teofanía permanente y perpetua. Constataréis, si adoptáis esta regla de estar en Teofanía perpetua, que el aligeramiento, la ligereza, la serenidad y la fluidez serán vuestro pan de cada día del que no podréis despojaros, provocando que nada de lo que es pasado pueda atraer de nuevo vuestra conciencia, de la misma manera que ninguna proyección en un futuro hipotético pueda estorbar la realización de la Eternidad en el seno de vuestro instante presente.
Si os parecen existir, a pesar de la presencia del Manto Azul de la Gracia y de María en vuestro Canal Marial, unas resistencias todavía presentes, que éstas se manifiesten al nivel del cuerpo de carne o se manifiesten en el seno de vuestros pensamientos o emociones, os incumbe entonces de apelar a mi ayuda así como a la del Arcángel Uriel, con el fin de aligerar lo que debe ser aligerado.
Las Teofanías realizadas a petición vuestra con el Arcángel Uriel o conmigo, tendrán, a partir del 10 de junio de este año, una potencia que os ayudarán, por así decirlo, a dejar evacuar lo que está ya muerto. Os ha sido especificado que el mecanismo final ascensional de la Tierra ha empezado hace ya algunos meses, al principio de marzo. Las Teofanías realizadas desde hace nueve semanas, y finalizando dentro de pocos días, señalan la instalación espontánea, en cada uno de vosotros, de la posibilidad de girarse hacia vuestro corazón sin ser retenido por ningún sufrimiento, ninguna creencia o ninguna ilusión que sea.
Si esto no os resulta fácil, o evidente, os incumbe poneros bajo la protección de vuestra Madre, os incumbe llamar a María, y os incumbe realizar una Teofanía con Cristo y también con el Arcángel Uriel y yo mismo. Es con estas llamadas y con estas peticiones, más allá incluso de las Teofanías espontáneas, que viviréis este aligeramiento con la más grande de las sonrisas y la más grande de las felicidades.
Os incumbe, a cada uno de vosotros, averiguar mis palabras, averiguar la acción del Espíritu en vosotros, averiguar la transubstanciación de vuestro cuerpo de carne. Tal y como lo constataréis fácilmente, no habrán más excusas que valgan, sea lo sea lo que todavía tengáis que llevar a cabo en el seno de este mundo, según tengáis una profesión, una familia, unas obligaciones. Estas obligaciones, y a veces los pesos que todavía podáis llevar, se aligerarán ante la evidencia de estas Teofanías, ante la evidencia de la instalación de la Eternidad, y esto, independientemente de los acontecimientos ligados a las tribulaciones humanas.
Así que os invito, a partir del 10 de junio, a comprometeros firmemente con lo que os es ofrecido y con lo que vosotros mismos os habéis ofrecido: la capacidad de vivir la Eternidad cuando todavía estáis en un cuerpo efímero. No olvidéis que el cuerpo de Êtreté está presente ahora, que lo percibáis o no, que lo viváis o no. Os incumbe entonces, en cierto modo, si no vivís nada de esto, de adoptar a nivel personal una actitud de espíritu donde la única obsesión, por así decirlo, presente en vuestra conciencia, es la Luz, el Corazón, y el Amor, más allá incluso de las representaciones que asumimos como nueva tri-Unidad.
Vais entonces a descubrir, a veces con estupefacción, a veces con felicidad, pero siempre asintiendo, la verdad de la Eternidad, para aquellos que todavía no hayan tenido acceso a ello. De vuestra capacidad a girar vuestra conciencia y vuestros pensamientos hacia la permanencia de la Luz en vosotros, supondrá una facilidad más o menos grande para vivir este período del mes de junio. Viváis en el país que viváis, estéis donde estéis en el planeta, hay que aceptar que las tribulaciones humanas conciernen a la totalidad de la humanidad, aunque el territorio donde estáis no se vea afectado directamente en su materialidad.
Esta transubstanciación atañe al conjunto del colectivo humano, como al conjunto de la Tierra. No hay ningún lugar, ningún espacio donde refugiaros para intentar escapar de lo inevitable que es, os lo recuerdo, la alegría y la felicidad de la Eternidad.
En cuanto hayáis entrevisto el Corazón del Corazón, incluso sin haber vivido nunca la totalidad de las Teofanías propuestas y realizadas por vosotros mismos, no hará ninguna diferencia, ilustrando una vez más lo que dijo Cristo en el momento de su venida: «Los últimos serán los primeros» en apresurarse hacia la Eternidad. Efectivamente, algunos seres humanos encarnados en la carne estaban dormidos hasta ahora. Siempre os dijimos, nosotros los Arcángeles, así como las Estrellas y los Ancianos, que aunque nunca habíais vivido los procesos de subida vibratoria, esto iba a cambiar, y ha llegado el momento de vivirlo.
Así que alegraos, los que hasta ahora a pesar de su fe, a pesar de su certeza, nunca han tenido acceso a la verdad del corazón, de poder descubrirlo por fin e instalarse sin problema y con facilidad. Sólo es necesario e indispensable girar simplemente lo más a menudo posible, a partir del 10 de junio de 2017, vuestros pensamientos hacia la Luz. Pensad en la Luz no quiere decir comprender o explicar algo, es simplemente un acto de reconocimiento a la Verdad, de reconocimiento a la Luz y de reconocimiento a vuestra eternidad.
No se trata de rezar, no se trata de repetir unas letanías, sino realmente y concretamente que vuestra conciencia, vuestros pensamientos, vuestra tensión hacia el Abandono, estén únicamente dirigidos hacia la Luz auténtica y verdadera, la que nunca es visible en la pantalla interior, salvo a veces por el Blanco. La que nunca, para muchos de vosotros, nunca fue vivido, se revelará como una verdad inquebrantable en cuanto finalicen las Teofanías de la Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres.
Acordaos que a partir del 10 de junio, la finalización de mi misión y de mi papel es también, os lo recuerdo, de ceder el sitio, en esta última reversión, al Arcángel Uriel, Ángel de la Presencia y Arcángel de la Reversión. Soy en cierto modo, a partir del 10 de junio, el que os facilitará la obra de abandonaros en totalidad a vuestra eternidad. Poco importa el modo de proceder, no necesitáis unas invocaciones, no necesitáis unas letanías, no necesitáis otra cosa que vuestra propia conciencia girada hacia la Luz y hacia nosotros, sin pedir nada, sin esperar nada, simplemente dirigir vuestro pensamiento y vuestra conciencia lo más a menudo posible a lo largo de vuestros días, de vuestras noches, durante vuestras noches si os despertáis, lo que será el caso para muchos de vosotros, ilustrando entonces a la perfección la frase de Cristo: «Velad y rezad.»
Algunos de vosotros, desde hace ya muchas semanas, viven con certeza estos procesos de transubstanciación. La transubstanciación ocurre a partir del momento en que la Lemniscata sagrada, por medio de las Teofanías, realiza la emergencia del corazón, por así decirlo, al nivel de la cabeza, en el seno de la pequeña Corona donde se realizan la fusión de los Éteres y la fusión del Éter.
En el momento en que vuestro corazón se conecte de manera permanente a vuestra cabeza, por la percepción esta vez – incluso para aquellos que nunca han vibrado –, de la pequeña Corona de la cabeza, o de un dolor en la punta del cráneo, acoplada a alguna sensación, la que sea, en vuestro pecho, señala para vosotros, en ese momento, la obligación de estableceros en esta Eternidad. Y de hecho constataréis, desde ese momento, si no se ha hecho ya, que cualquier interés que concierne a este mundo desaparecerá instantáneamente ante la felicidad del corazón reencontrado, alejando de vosotros las preocupaciones cotidianas, las obligaciones cotidianas, las creencias habituales y alejando también de vosotros las últimas resistencias, las últimas ilusiones.
Esto no es reemplazado por la nada, sino más bien por una plenitud y una felicidad de vuestra Presencia, y esto, lo repito, sean cuales sean las contingencias de vuestro efímero, que pasarán de manera muy natural a segundo plano, y después a último plano. La Luz, lo habéis entendido, toma todo su sitio dentro de vuestros cuerpos de carne. No hay ninguna escapatoria. No sirve de nada agarraros a nada conocido, no sirve de nada querer preservar la ilusión que sea, porque ninguna ilusión podrá sostenerse en el campo de vuestra conciencia una vez finalizada la última Teofanía programada. Algunos de vosotros ya han vivido las primicias de ello, despiertos, liberados o dormidos.
Así que hay un real alivio de lo que es efímero con respecto a vuestra conciencia efímera, ante la intensidad de la Luz y la revelación vivida en cada fibra de vuestra conciencia, en cada fibra de vuestros cuerpos físicos y sutiles, no dejando ningún lugar a la duda, ni a ninguna interrogación.
Si, no obstante existiesen todavía unas dudas o el sentimiento de tener que elegir algo, es durante esos momentos que es conveniente que vuestro pensamiento y vuestra conciencia se giren de la manera más precisa y más directa hacia vuestro corazón, hacia la Eternidad, porque en ese momento, a partir del 10 de junio, la Luz seguirá el hilo de vuestros pensamientos y el hilo de vuestra conciencia. Se trata aquí de la actualización del Masculino y del Femenino sagrados, conectándoos de manera evidente, más allá de la vibración percibida por algunos de vosotros al nivel de lo que fue nombrado el 12º cuerpo o Andrógino Primordial… esa evidencia pondrá fin, como dije, a cualquier interrogación y a cualquier duda.
Si os parece no vivirlo después del 10 de junio, y de estar todavía en interrogación y en cuestionamiento, no olvidéis llamarme, no olvidéis llamar a María, y no olvidéis girar, ante todo, vuestros pensamientos y vuestra conciencia hacia la Luz, aunque no la conozcáis, aunque no la hayáis vivido hasta ahora. Para aquellos de vosotros que viven, recientemente o desde hace ya tiempo, los procesos y los mecanismos vibrales correspondientes a la bajada de la Eternidad al seno de este mundo, vosotros mismos constataréis que independientemente del lugar donde todavía os encontráis hoy, que algo habrá cambiado el 10 de junio por la mañana.
Este regalo está destinado ante todo a permitiros vivir la tribulación humana colectiva sin estar afectados por ella de ninguna manera al nivel de vuestra eternidad. Constataréis de hecho con facilidad, que cuanto más se incrementen los desórdenes de la tierra, más estaréis en paz y más estaréis en felicidad, no la felicidad del que ve la destrucción de algo, sino que una felicidad sana, mostrándoos la verdad de vuestro corazón, prevaleciendo y borrando todas las ilusiones todavía presentes en este mundo.
La Luz va a exigiros, que sea por un sueño, que sea por una intuición fulgurante, que sea por la vía exterior de un amigo, de un hermano o de un ser de Luz, de decidiros, porque muy pronto no podréis llevar de frente y al mismo tiempo las actividades efímeras y el estado de Eternidad. Os corresponde ver, os corresponde decidir, os corresponde elegir dónde está la verdad para vosotros. ¿Está en la Verdad inmutable del corazón o está en la atracción de la materia y la vida en el seno de esta dimensión?
Tenéis, lo sabéis, una libertad total de establecimiento en lo que os parece ser vuestra verdad. Sin embargo, y lo sabéis, la Llamada de María vendrá necesariamente para poner fin a todo lo que es efímero de manera temporal, realizando realmente y concretamente lo que fue nombrada la estasis, y que es en realidad una verdadera muerte seguida de una verdadera resurrección, o bien acompañada de vuestro cuerpo de carne transmutado, o bien directamente en el seno de vuestro cuerpo de Êtreté, o bien en el seno del Absoluto, sin dependencia entonces de ningún mundo, de ninguna forma ni de ninguna dimensión.
Ahí está vuestra libertad, pero como para cualquier paso, que sea en el seno de los mundos encerrados, el nacimiento como la muerte son tan difíciles el uno como el otro. No se trata ni de un nacimiento ni de una muerte, sino más bien de una resurrección, es decir que no hay nada nuevo, propiamente dicho, para descubrir, sino sólo lo que podría llamar, sin ninguna noción temporal, lo que siempre ha estado ahí, el Anciano, este Anciano de los Días y este Anciano de las Noches, que de hecho sólo son vuestra eternidad que no está ni vejada, ni oprimida por ninguna servidumbre ni ningún límite.
Como ya sabéis, por haberlo experimentado muchos de vosotros desde hace algunos años, la naturaleza, los pueblos de la naturaleza, la Confederación Intergaláctica ahora, los Arcángeles, son unas ayudas inestimables para mantener y alimentar, por así decirlo, esta Eternidad, sin apelar a ningún elemento personal o conocido.
La Luz os llamará cada vez más precisamente. Esto no será simplemente una orden de la Luz, sino la evidencia de la Luz y de la Gracia, a partir del momento en que vuestro pensamiento, vuestra conciencia se giren hacia ella. Basta simplemente con tener un pensamiento para la Luz auténtica y verdadera, un pensamiento hacia mí, un pensamiento hacia María, un pensamiento hacia Uriel, para constatar, más allá de todo protocolo y de toda subida vibratoria, la realidad de nuestra Presencia y la realidad de vuestra eternidad.
Por supuesto, durante este mes de junio, salvo si la Llamada de María sobreviniera antes del final de este mes, vosotros mismos tendréis la posibilidad de constatar los diferentes emplazamientos de vuestra conciencia, de vuestras ideas y de vuestros pensamientos. En un caso, sentiréis la felicidad y la ligereza. En otros casos, sentiréis la gravedad, el malestar y el dolor. Os corresponderá entonces muy naturalmente de decidir dónde estáis mejor, más allá de cualquier entidad. Es un problema íntimo que hay que resolver a solas, aunque estemos ahí, a vuestros lados. Porque una vez más, y de manera muy actual hoy, sólo vosotros podéis realizarlo. Ni Cristo, ni la Fuente, ni ningún Arcángel, ni siquiera María, pueden hacerlo en vuestro lugar.
Os corresponde constatar y vivir lo que ocurre cuando pensáis en la Luz. Os corresponde constatar y vivir lo que ocurre cuando recaéis en el funcionamiento habitual de la persona y de vuestra historia. Para cada uno de vosotros, incluso los instalados en la Libertad total del Liberado Viviente, como para el que duerme del mismo modo, tendréis la posibilidad de constatar con una evidencia formal, la diferencia entre el corazón y lo que no es el corazón, entre la Eternidad y lo efímero. No necesitáis interrogar ni a vuestra mente, ni a las cartas, ni a un péndulo, ni a un hermano, ni a una hermana. Lo que será importante en ese momento, es justamente esta noción de evidencia.
Así, por así decirlo, tendréis en vuestras manos durante este mes de junio, todas las cartas que es posible tener. Os corresponde ver si queréis estar en la Fluidez de la Unidad, en la Evidencia de la Eternidad o en la resistencia personal, que desencadenará necesariamente la negación y la ira a un nivel jamás vivido hasta la fecha. Será posible entonces, pensamos, para la mayoría de los seres humanos encarnados, despiertos o dormidos, de elegir lo que les corresponde.
Así que os queda, en términos terrestres, un máximo de tres semanas a partir del 9 de junio o del 10 de junio, para establecer la verdad que sois. Es durante este período, durante las tribulaciones, que efectivamente se producirán las gracias más grandes, porque no habrá nada más con lo que aferrarse a este mundo. No estoy anunciando con esto unos mecanismos catastróficos de disolución. Si éstos ocurriesen, la instalación de vuestra conciencia en vuestro Corazón de manera perpetua hará que nada pueda afectaros, con respecto a cualquier pérdida aparente, con respecto a cualquier situación aparente.
Acordaos de esto, y es efectivamente lo más importante: si vuestros pensamientos, vuestras ideas, vuestros actos están girados hacia la Luz, entonces la Luz os colmará; si vuestros pensamientos, vuestras ideas y vuestra conciencia están girados hacia vuestra persona, entonces la Luz os parecerá como ausente y esto se traducirá, como dije, por unos dolores, una resistencia, una ira o una negación.
No permanezcáis en la negación, sino que poneos a prueba vosotros mismos, realmente y concretamente, incluso el hecho de intentar, para aquellos que están despiertos, de salir de la Luz y de volver a entrar en el personaje, y veréis. Vosotros mismos constataréis donde está la evidencia, donde está vuestra verdad. No os contentéis con lo que digo, no os contentéis con creer o no creer en esto, os invito, como María lo hizo, a averiguarlo por vosotros mismos, porque sólo vosotros podréis saberlo y vivirlo, y asentaros. Nadie podrá hacerlo por vosotros, y tampoco podréis hacerlo por nadie, ni siquiera para los más próximos a vosotros.
No se trata de un momento de soledad sino realmente de unos momentos de plenitud, sobre todo para aquellos de vosotros que hasta ahora se lamentaban de no haber vivido los procesos vibratorios, porque para ellos esto representará el fin de la espera, el fin de la creencia y la vivencia en directo de la Luz.
Acordaos también de que si hay una “persona” y un “personaje”, hay, de una manera u otra, sufrimiento y no estáis completos. Tan pronto haya Eternidad, hay Felicidad, Ligereza y alegría. No es un concepto, no basta con decir «estoy en el corazón», porque no quiere decir nada, son unas estratagemas del ego. Hay que averiguarlo, y habrá que averiguarlo, en vuestra conciencia y en vuestra carne, os diga lo que os diga vuestra mente y os diga lo que os diga vuestro personaje, si la felicidad realmente está ahí o no está ahí, y habrá que ajustaros en consecuencia.
Tampoco olvidéis que podemos impulsar la ayuda inicial, pero que una vez esta ayuda inicial de nuestras Presencias a vuestros lados, sólo y únicamente vosotros hacéis, en cierto modo, que esta experiencia sea mucho más que una experiencia, es realmente y concretamente la finalidad de la comprensión íntima, más allá de cualquier mente, de lo que es la Eternidad y de lo que es el efímero. No estamos solamente, ahora y a partir de ahora, en unos procesos de Despertar, de vibración, de expansión de conciencia, sino que aquí tocamos, con vosotros, a partir del 10 de junio, la parte más íntima y verídica de lo que es la Vida y de lo que no lo es.
Aprovechad también, por supuesto, las Teofanías espontáneas, que sean raras o que sean permanentes, para girar –durante esas Teofanías espontáneas, e incluso las programadas – vuestra conciencia, no hacia la percepción de la Luz por la vibración, sino directamente hacia esta palabra: «Luz». Si esta palabra os molesta porque no os evoca nada, aparte de la Luz del día, entonces pensad simplemente en «Luz-Amor». No busquéis entender nada, no busquéis dirigir nada. Acordaos de lo que dije: la Luz sigue el pensamiento y sigue la conciencia. Es así como os demostráis a vosotros mismos, en cierto modo, lo que es la Verdad y lo que no lo es, más allá de cualquier concepto, de cualquier creencia, de cualquier percepción, de cualquier visión.
Este mecanismo participa en cierto modo, ya no solamente en el establecimiento del Último o de la Infinita Presencia, sino directamente a la desaparición del Sí y a la vivencia de lo que sois, es decir el Absoluto.
…Silencio…
Bien amados Hijos de la ley del Uno, en este día de Pentecostés, en esta semana de Pentecostés, sea cual sea el momento en el cual oiréis o leeréis estas palabras, os invito ahora a dejar el Paracleto bendecir la punta de vuestro cráneo y expandirse en vuestro Corazón del Corazón, y a dejar la Luz y la Felicidad tomar todo el sitio.
…Silencio…
Soy el Arcángel Mikaël, Príncipe y Regente de las Milicias Celestes. Que el Paracleto y la fusión de los Éteres sean mi bendición en vosotros.
…Silencio…
Soy Mikaël, Príncipe y Regente de las Milicias Celestes. Bien amados Hijos de la ley del Uno, id en Paz en vuestra Eternidad. Sois benditos, estamos con vosotros, y afirmad y demostrad, por vuestra simple Presencia, vuestra Autonomía y vuestra Libertad.
Rindo gracia a vuestra escucha, rindo gracia a vuestra acogida, rindo gracia a la belleza de la Luz.
Hasta muy pronto.
…Silencio…

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