~ AMIGOS ~Por Bárbara Rother

~ AMIGOS ~
Por Bárbara Rother
El primer paso para crear una verdadera amistad en tu vida es ser tu propio/a mejor amigo/a. Siempre he dicho que disfruto de mi propia compañía. Con esto quiero decir que nunca estoy sola o aburrida porque disfruto estar a solas. Respeto quién soy y trato de no ceder ante el atributo humano de criticarme a mí misma. Conozco la importancia de honrar a la persona que soy hoy y darme crédito por querer ser siempre mejor. También conozco la importancia de las palabras del autor inglés, John Donne, "Ningún hombre es una isla. Nadie es autosuficiente; todo el mundo depende de los demás."
Al trabajar desde casa, a veces me siento desconectada para crear y conservar las amistades. Me descubro reflexionando: "No tengo tiempo para las amistades. Estoy demasiado ocupada.” Sé que la amistad no es sólo una inversión en tiempo, sino también un intercambio de nosotros mismos. Las recompensas pueden ser sorprendentes. La tecnología puede ser una forma de conectarse con los demás, pero no reemplaza las interacciones del mundo real. Me mantengo en contacto con los demás de esta manera, pero hay algo muy especial al mirarse a los ojos, conectar los corazones y abrazar a alguien mientras compartes su vida.
Puedes desarrollar las amistades al trabajar con los demás, tener intereses comunes, hijos, pasatiempos, etc. Quizá uno de los factores más importantes que inciden en nuestro bienestar sea la calidad de nuestras relaciones sociales. Es invaluable sentir que tienes a una persona con la que puedes sincerarte con total confianza y comprensión.

La amistad debería ser un reflejo de las almas. No se trata de que esa persona tenga que estar siempre de acuerdo contigo, sino que sea alguien cuya opinión valoras y ella aprecie la tuya. Cuando pasas el tiempo con una amistad verdadera deberías sentirte elevado/a respecto al tiempo que han pasado juntos. Una persona se siente atraída por ti debido a la forma en que te sientes respecto a ti mismo/a. El amor por uno/a mismo/a atrae una vida positiva.
Las personas vienen y van. Entrarán y saldrán de tu vida, casi como los personajes de tu libro favorito. Cuando finalmente cierras la cubierta, los personajes han contado su historia y tú comienzas de nuevo con otro libro completo, con nuevos personajes y aventuras. Entonces te encuentras enfocándote en los nuevos, no en los del pasado.
Me encanta leer. Me parece que esto aplica a los libros que leo y a la vida. Cuando llego al final de un libro preferido en el que me involucré mucho con los personajes, saboreo las últimas páginas sin querer que termine nuestro tiempo juntos. Después, tomo un nuevo libro y comienzo una relación totalmente nueva con nuevos personajes que me transportan al mundo de la historia que se está desarrollando. Lo único que tengo que hacer es echarle un vistazo a un libro que haya leído en el pasado y sentir una conexión con los personajes con los que alguna vez estuve tan involucrada. Es como el recuerdo lejano de la experiencia de vivir junto a los personajes sobre los que leí. Pero sé que no quiero volver a leer ese libro porque hay muchas aventuras nuevas con nuevos personajes esperando ser explorados en nuevos libros. Sin embargo, estos personajes con sus vidas detalladas siempre serán una parte de mí, ya que invertí mi tiempo en ellos.
Si tenemos la fortuna de contar con una amistad de toda la vida, es una bendición excepcional, una que debemos atesorar. Por lo general, una persona se conectará a una cierta parte de nuestra experiencia de vida por la que estamos atravesando en determinado momento y ambas se irán alejando lentamente a medida que avancen hacia la siguiente etapa de su camino. Los amigos son un reflejo de nosotros y de nuestras experiencias. Las amistades verdaderas se relacionan con la admiración y el aprendizaje mutuo. Desde la infancia y durante toda mi vida adulta he tenido muchas amistades muy queridas en mi vida. A veces me pregunto el motivo por el que no nos hemos mantenido en contacto, pero luego comprendo que estuvimos juntas durante ese tiempo de nuestras vidas. Ya no somos las mismas personas que éramos entonces. Yo honro su amistad y sé que es necesario seguir adelante. Sin embargo, existen otras amistades que siguen formando parte de nuestros corazones para siempre. Sencillamente sabremos cuándo están pensando en nosotros y nos llamaremos. El tiempo o el espacio no tienen importancia.
Y retomaremos la comunicación en el punto en que la dejamos.
El amor romántico puede ofrecer la amistad más importante. Es una bendición que Steve sea mi mejor amigo desde que teníamos dieciséis años. Con él puedo compartirlo todo. Respeto su consejo al igual que él respeta el mío. Nos reímos, vivimos, trabajamos y jugamos juntos. Hemos crecido individualmente como personas y juntos como compañeros de vida y amigos. Los parientes pueden brindarnos una unión verdadera. Cuando una amistad se comparte dentro de ese vínculo puede ser una conexión muy profunda. Steve y yo hemos descubierto que ahora que nuestros dos hijos son adultos disfrutamos conociéndonos como amigos y no solo en nuestro papel de padres-hijos.
El otro día escuché las siguientes palabras que lo resumen todo para mí: Amigos, Familia y Diversión. Las tres son la clave para conservar la felicidad.
Con amor y luz,
Bárbara
Lightworker/Espavo.www.espavo.org.