mi Presencia.
Contigo soy amante y generoso, espléndidos son mis regalos,
maravillosos mis obsequios, y tú no te das cuenta, no valoras,
no agradeces.
Tienes ojos que miran sin ver, sentidos que no sienten
y una conciencia inconsciente.
Pongo las aves a volar frente a tu vista.
pinto atardeceres majestuosos y tú, ciego e indiferente.
No lo sabes pero de Mí surgieron las flores,
los paisajes, las cascadas cristalinas,
las noches de luciérnagas.
Doy aroma a las praderas, al pan, al humo matinal de la cabaña.
Pongo rocío en el follaje, en los pastos, en selvas y bosques,
brindo color a los jardines, a los plumajes,
a las alas de la mariposa.
Y todo lo que hago es para regocijo de todos
y si tú supieras mirar descubrirías que habitas un Edén
y te alegrarías por tu dicha y me bendecirías
y protegerías tus jardines.
Pero hay quienes no se estremecen, no observan, no ven
ni siquiera cuando extiendo mis joyas en el firmamento de las noches.
No pueden ciertas almas presentir las civilizaciones maravillosas
que les rodean y envuelven; nada intuyen acerca de los millones de seres que me aman, de los mundos que me veneran
y que viven imbuidos de Mí.
El Universo es hermosoporque mi naturaleza es brindar dicha
y regalos infinitos.
Pero hay quienes me desconocen, me desprecian
y destruyen mis obsequios.
No saben que ellos mismos, los jardines terrenales y Yo
una misma existencia somos.
Las aguas y el aire, la tierra y el verdor
y las criaturas menores que debieran ser protegidas
y no esquilmadas.
El hombre que no me conoce es altivo y arrogante
porque ya no precisa de garra o colmillo
para destrozar mi creación.
Le basta con su ingenioso intelecto con sólo oprimir un botón.
Altivo y arrogante porque no es como las criaturas menores,
sin embargo bien le haría observar su ejemplo.
El ave no ensucia su nido, el oso no destruye su madriguera,
sólo por sobrevivir el tigre ataca y nadie vio brutales matanzas
de lobos contra lobos, ni siquiera la despreciada hiena
se auto elimina creándose venenos.
El caimán no contamina su río, el zorro no esclaviza al zorro,
el chacal no se vende a sí mismo, la rata no trafica ni consigo
ni con las de su especie. Pero el hombre sí lo hace.
Aquél que no me conoce estudia la ciencia durante años
hasta sentirse ilustrado y respetable, encandilado por aulas y teorías, envanecido por diplomas de papel, y luego mira con desprecio al ignorante y mucho más a las criaturas menores del jardín.
Y más tarde, como servicio a la humanidad, contribuye con su saber en la creación de nuevas armas, de basuras vendibles
o estudia cómo hacerlas vendibles, cómo despojar al mar más rápidamente de sus peces, cómo desfoliar las selvas,
cómo crear ponzoñas más letales contra la tierra y la vida,
contra sus hermanos, contra la armonía del mundo,
contra el futuro de su especie, contra sí mismo.
Pero es inteligente, ilustrado y sabio, bien pagado.
y por eso no lo ve, no me ve.
Con todo su banco de datos al servicio de su ser inferior,
se transforma en el depredador más terrible
que debe sufrir el hombre.
Domina las leyes menores, pero no ve la Ley Fundamental.
Ve el fruto, pero no ve el árbol.
No me puede ver.
Y así fue siempre en la historia que debe cambiar,
en los milenios sin Amor ríos de sangre
por poseer y dominar,
lo que es de todos y de ninguno en particular.
El resultado de las gestas heroicas, del baño de sangre
allí está:
un mundo hermoso dividido por fronteras que Yo no puse
creadas y sostenidas por ambición y egoísmo.
Fronteras en bosques y lagos, en mares y ríos,
en medio de ciudades, bajo las aguas, bajo la tierra,
en los espacios que de la Vida son.
Y los creadores de tanta mortandad, de tanta barrera entre hermanos, son idolatrados, más venerados que Dios.
Ysus matanzas fraticidas llenan algunos pechos
de insensata emoción.
Los desfiles de arsenales que a tantos llenan de orgullo,
que cuestan el hambre y el dolor de tantos hijos pobres,
apuntarán hacia el mismo pecho lleno de orgullo o de ambición
que los propició.
Quien no ve la Luz de Acuario ignora que su patria es su planeta
y que su verdadera patria no tiene fronteras ni límites
porque el Universo entero es y su morada final y real
Yo soy.
Enrique Barrios
Mensaje acuariano.- Voz de Dios Amor
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