Querid@s Almas Hola! Quiero compartir con ustedes Enseñanzas de los Maestros Ascendidos y de otros Maestros que han traído tanta Luz a nuestros corazones y hoy, nos pueden enseñar como hacerlo, teniéndolos a ellos como ejemplo y como guías invaluables, que a través del Amor Divino, iluminan nuestro camino hacia la Luz. Namaste
martes, 28 de marzo de 2017
Curación Esotérica - Tercera Parte (Vicente Beltrán Anglada)
V.B. Anglada
Curación Esotérica. Parte III.
Conversaciones Esotéricas
Curación Esotérica - Tercera Parte
LA VERDAD HA DE PRESENTARSE DE TAL MANERA, QUE CONVENZA
SIN ATAR Y QUE ATRAIGA AUN SIN CONVENCER. ESTO SOLO PUEDE
REALIZARLO EL LENGUAJE DEL CORAZÓN.
Vicente.—Esta va a ser nuestra tercera conferencia acerca de la curación esotérica. El mes anterior nuestra conversación tuvo como centro de interés las tres grandes leyes kármicas que luego analizaremos más profundamente: La Rueda de Samsâra o la Ley de Muerte y Nacimiento, la Ley del Perdón y del Olvido, la Ley de la Acción o de la Causa y Efecto.
También nos referimos al vehículo etérico, como vehículo inductor y proyector de la energía cósmica, proyectada desde los niveles causales a través de los vehículos físico, emocional y mental, teniendo en cuenta que al hablar de karma y, por lo tanto, al hablar de enfermedades, de vejez y de muerte, nos estamos refiriendo única y exclusivamente a los cuatro vehículos periódicos del ser humano, aquellos que utiliza el Alma para su manifestación en el tiempo y en el espacio, es decir, el cuerpo físico o denso, el vehículo etérico, el cuerpo emocional o astral y la mente o el vehículo mental. Más allá del circuito o de la esfera de proyección de estos cuatro cuerpos no existe prácticamente el karma, no existe, por lo tanto, ni la enfermedad, ni la vejez, ni la muerte; si existe karma, éste karma —el karma de los Dioses—, no está a nuestro alcance, por lo tanto, no podemos ni meditarlo, no podemos proyectarlo a través de una mente finita, inmersa en tres dimensiones, en la limitación de espacio.
Hablamos también, que relacionado con la invasión de energía cósmica hacia nuestros vehículos de expresión, encontramos alojados en el cuerpo etérico los siete centros inductores o proyectores de la energía, llamados técnicamente chakras. Estos chakras a su vez, al coincidir en el cuerpo físico, determinan una actividad glandular, a través de unas glándulas que llamamos endocrinas o de secreción interna, siendo el comportamiento físico, psicológico o somático de cualquier individuo, la calidad de sus secreciones hormonales o endocrinas, porque esto viene derivado de la efectividad con que trabajan los centros etéricos o los chakras. Así que, al hablar del cuerpo etérico, de la vitalidad del cuerpo etérico, de la proyección de la energía cósmica a través del cuerpo etérico, hay que pensar siempre en algo muy importante y que a veces olvidamos, y es la evolución espiritual del individuo, el hombre, naturalmente, es el resultado de su comportamiento psicológico, de la actividad o del equilibrio entre las glándulas endocrinas o los centros etéricos, pero todo ello es debido a la evolución de la mente y a la evolución del cuerpo emocional, es decir, en síntesis, a la evolución de la conciencia o a la evolución espiritual, como quieran.
Lo interesante es darse cuenta de que poseemos cuatro vehículos que merecen nuestra atención inmediata si de veras queremos desterrar del planeta Tierra todo cuanto tenga que ver con la vejez, con la enfermedad y la muerte. Muerte, no en un sentido antagónico de la vida sino como una expresión de la vida, la muerte no es ni más ni menos que una expresión de la vida, es una vibración y, esotéricamente, podríamos decir que la muerte es una entidad; una entidad que está actuando desde el principio de las edades, antes y después del Universo la muerte ya existía, como existía la vida, no puede existir vida sin existir su contraparte que es la muerte, es el contrabalanceo de la ley, que al manifestarse a través de la Rueda Kármica de Samsâra se manifiesta como nacimiento y como muerte; el nacimiento como inductor de la vida en este conglomerado de cuatro vehículos que utiliza el Alma para manifestarse en el tiempo, tenemos también que la vida universal lo llena todo y que la muerte es la antesala del nacimiento y el nacimiento es la antesala de la muerte. Solamente hay algo que perdura y es la vida, y la evolución de la vida en el individuo es lo que llamamos evolución espiritual, lo que llamamos la integración en todos los sentidos imaginables.
Existe también, relacionado con los chakras y con las glándulas endocrinas, el sistema sanguíneo y el sistema nervioso. El sistema sanguíneo lleva el calor que dimana de la luz cósmica y el sistema nervioso trae la luz de las altas esferas universales. Se trata, por tanto, de algo que trasciende el entendimiento al buscar las causas remotas de la energía, solamente analizamos muy críticamente el fenómeno de lo que puede ser una enfermedad, lo que puede ser la vejez, el envejecimiento de las células, y lo que puede ser la muerte en sí como una entidad, como algo que va y viene, que perdura, pero que creo que hemos dramatizado a su alrededor creando una serie de ideas que son negativas. La muerte, para mí, es liberación, y como tal hay que prestarle una atención muy específica, si es que de veras estamos buscando la liberación espiritual, y se nos dice místicamente que hay que morir un poco cada día preparándonos para la muerte, que es una transformación de la materia simplemente, por lo tanto, la vida continua en otra dimensión, en otro plano, en otra esfera, pero, continuando siempre dentro de ese sentido crítico de valores psicológicos.
Naturalmente, hablamos de los cromosomas y de las hormonas. Las hormonas, como dijimos anteriormente, son del presente, obedecen a la actualidad, a la evolución de los centros etéricos y a su relación armónica con las glándulas endocrinas, las secreciones van a la sangre y la persona a través de este vehículo, la sangre, que es el vehículo de la conciencia, lleva la vida a todo el cuerpo, y el sistema nervioso está relacionado con la luz de la conciencia causal, y que, por lo tanto, entre la conciencia causal que lleva la memoria del pasado y que, por lo tanto, está relacionada con los cromosomas, se verifica un alta alquimia dentro del cuerpo que es la memoria celular, actualmente en estudio por la ciencia médica. Si admite la ciencia que los cromosomas tienen memoria, hay que admitir radicalmente que tienen autoconciencia, y entramos ya en una consideración de la vida mucho más amplia e incluyente de lo que hasta aquí ha sido considerado.
Entonces, para terminar, hablamos de la ciencia moderna de curación. Hasta aquí las enfermedades han sido tratadas a base de medicinas, prácticamente no se ha dedicado una atención a la causa de las enfermedades. Desde el momento en que videntes especializados e investigadores científicos de alta cualidad espiritual han podido ver representadas en los planos psíquicos a las entidades que centralizan los diferentes tipos de enfermedades que conocemos, desde las benignas hasta las más malas que puedan existir, el problema que se ha planteado es cómo puede ser vencida la entidad enfermedad a través del conglomerado de lo que poseemos, a través de nuestro cuerpo físico bien establecido, a través de una mente analítica reflexiva y razonable, buscando la intuición de las causas supremas de la vida, un cuerpo emocional muy sensible, pero sin caer en la sensiblería, para llegar finalmente a la conclusión, de que tanto la ciencia como el esoterismo están ahora trabajando ahora en una dirección paralela tratando de buscar en el infinito un punto de reunión. Quisiera admitir que llegará un momento en que confluirán las dos líneas —la ciencia médica y la esotérica—, en un punto en el cual se busque la causa de la enfermedad, no en el nivel somático sino en el nivel psíquico, mental y emocional, y tratar entonces de curar estas causas desde el plano donde se han provocado, y no en el plano de los efectos, donde solamente son aliviados los efectos pero la causa permanece inmutable por nuestro desinterés en las cosas profundas y esotéricas de la vida o porque no ha llegado todavía el momento en que la persona se oriente hacia el esoterismo puro y científico como es de desear.
Bien, el tema de este mes es la gran Ley de Restitución. ¿Qué hay que entender por esto? Simplemente la muerte. Existen tres grandes leyes enlazadas con el karma; la primera ley es la Ley de Integración de la Materia, técnicamente el nacimiento; viene después una Ley de Conservación o de Preservación, es el instinto innato de la materia de autoprotegerse, de autoafirmarse, de crecer o perpetuarse en el tiempo; y finalmente está la gran Ley de Restitución, técnicamente descrita como la muerte; y la muerte, como digo, siendo una entidad desde el ángulo esotérico, contemplada desde el plano causal se la puede contemplar en su acción liberadora, habida cuenta que es una entidad que redime a la materia y libera el espíritu, en estas palabras: rreeddeenncciióónn ddee llaa mmaatteerriiaa yy lliibbeerraacciióónn ddeell eessppíírriittuu, está circunscrito el gran secreto de la iniciación, si podemos llegar a establecer el nexo entre ambas actitudes, entre ambas cualidades o ambas polaridades, la iniciación será algo común a todos, no una vaga promesa como el Reino de los Cielos.
Entonces, he dividido la idea de la muerte en tres aspectos consustanciales, uno es la liberación del Alma; el segundo punto que quisiera tratar con ustedes es las causas de la muerte, para llegar finalmente a hablar del proceso universal de restitución. Es decir, que la muerte no existe solamente en el plano físico sino que va aumentando su progresión a través de los planos, porque todos los planos de nuestro sistema solar son materiales. Según se nos dice esotéricamente, nuestro sistema solar, con todos sus planetas, satélites y asteroides, no es si no el cuerpo físico de una entidad cósmica, y hay que darse cuenta entonces, que todo cuanto existe en este Universo, desde el plano físico hasta el ádico, o el plano de la propia divinidad, es material, que, por lo tanto, lo que para nosotros mirando hacia arriba es espíritu, mirado desde los planos cósmicos es simplemente materia, solamente cambia el enfoque, la dirección, el orden, la ecuación de valores psicológicos, la tendencia a la síntesis que todos poseemos y la capacidad que tenemos de integrarnos cada vez más en los problemas humanos o en los problemas de orden universal.
Entonces, ¿qué hay que entender por muerte? La muerte es una continuidad del sueño que realizamos cada noche. Cada noche al acostarnos y al dormir estamos verificando la muerte, entonces ¿qué diferencia existe entre la muerte y el sueño?, simplemente, que en la muerte el cordón umbilical, hilo de vida o sutratma ha desaparecido del cuerpo, y el Alma a través de este hilo recogiendo los átomos permanentes se refugia en el plano causal. Y el sueño es exactamente lo mismo, sin que el cordón umbilical, sin que el hilo de la vida o el sutratma se desapegue del lugar donde está anclado tal como se dice en los manuales esotéricos, anclado en el corazón, en el interior del átomo permanente. En tanto exista una pequeña porción de este hilo supremo del sutratma dentro del corazón haciendo vibrar el átomo permanente, en esta vibración continuar bombeando el corazón y llevando la sangre al cuerpo y haciéndolo respirar, no existe clínicamente la muerte. Esto lo ha reconocido la ciencia que clínicamente hay muerte cuando no existe en el corazón vida, cuando el sutratma ha desaparecido ha dejado de estar anclado en el corazón, el átomo permanente ya no lo registra y, entonces, desaparece. Pero, cada noche estamos muriéndonos, todos hemos muerto, y cuando realizamos la experiencia de la muerte nos damos cuenta de que es familiar, que ya es conocida de siempre. Y me pregunto las causas del dolor, el dolor de la muerte es muy significativo, ¿por qué tememos la muerte?, será porque no amamos suficientemente la vida, esto dicen que es la muerte. El hombre que no vive íntegramente, forzosamente tiene que tener temor a la muerte, el hombre que está completamente libre, desapasionado por completo, integrándose cada vez más dentro de sus propios elementos constitutivos espirituales, éste no teme a la muerte, está viviendo constantemente, es decir, lo que técnicamente podíamos decir buscando la analogía con el iniciado perfecto, es que existe no sólo una continuidad permanente de vida sino que existe también una continuidad perfecta de conciencia, que es lo que trata de buscarse en las meditaciones esotéricas, buscar una continuidad de conciencia, porque entonces ya no hay temor a la muerte, porque la muerte es una entidad pero es también una ilusión, es decir, todo cuanto se ha creado a través de la muerte es una ilusión, no existe, es una figuración mental, tal como ocurre seguramente cuando alguien piensa de otra persona, ¿es verdad lo que una persona piensa de otra o no es más que una ilusión? Dijimos una vez, y lo repetiremos, que de Cristo existen pinturas, fotografías, estatuas de todos los tiempos y para todos los gustos, y que cada cual, naturalmente, tendrá una idea de Cristo de acuerdo con la imagen que tiene en su cabecera o de la imagen que ha aprendido en las escuelas o que ha visto retratada en los templos, pero, ¿es realmente así, no será una ilusión mental todo esto? Una entidad causal, podemos decir, que puede estar en los planos superiores como una idea que amalgama la síntesis de las ideas de toda la humanidad acerca de Cristo, pero Cristo, como entidad, no está allí. Lo mismo ocurre con la muerte, la que hemos adornado con terror, con desesperación, con odio, con repulsión, pero es una ilusión mental, porque no conocemos a la muerte, como no conocemos al Cristo ¿verdad? Es innegable que si no conocemos exactamente la experiencia de la muerte en vida no podemos tener la experiencia completa de la muerte después de muertos, y es, por lo tanto, que Platón aconsejaba a sus discípulos: "Morid un poco cada día y así alcanzareis la eternidad", es como si dijéramos: "Soñad constantemente en lo superior para entrar en lo superior", porque hay una relación magnética entre la idea y la acción, entre la idea y la propia realidad. Es decir, que todo está en todo, especialmente en el corazón del hombre, y si tenemos en cuenta la prerrogativa de la acción, si tenemos en cuenta que todos estamos tratando constantemente de liberarnos del temor a la muerte, empecemos por amar la vida, y amar la vida desde el ángulo esotérico es simplificación teniendo en cuenta que el temor es lo que menos simplifica la vida, lo que más la hace compleja. Hay que vivir de una manera tan real, tan serena, tan audaz, diría yo, que la muerte llegue a ser nuestra amiga querida, que la veamos constantemente sin tener miedo, entonces, nos daremos cuenta de que la muerte es como un ángel, está velando por nosotros, pues es la única manera de liberarnos de las opresiones de la materia y de las opresiones del propio espíritu inmerso dentro de la materia, pues, de la misma manera que la redención de la materia es la liberación de ella misma, automáticamente la comprensión del mecanismo es para el espíritu la liberación de las ataduras que le impiden avanzar y, entonces, vienen unos momentos extraordinarios de serenidad, de paz y de alegría, dentro de los cuales la muerte no existe, existe una vida que se manifiesta cíclicamente como muerte, como nacimiento.
Los pueblos orientales, que tienen una mente analítica, al menos las personas sensatas, están viviendo de manera en que la muerte la consideran su compañera inseparable, viven constantemente pensando en ella, adorándola, como el gran Dios que destruye la materia para crear cosas nuevas encima de la materia. El mito del Ave Fénix que resurge de sus propias cenizas es la muerte liberando, destruyendo para edificar cosas nuevas, ¿qué sería de la humanidad si no existiese la muerte?, no habría posibilidad alguna de redención y los millones de almas que animan la materia tampoco podrían liberarse, y según está escrito en los libros sagrados de no importa que religión, el alma está en todas las cosas, estando el alma en todas las cosas, y siendo el alma una partícula de la propia divinidad, existe un permanente deseo de liberación en toda cosa creada, lo cual hace que la muerte sea un fenómeno natural deseado, querido por toda la naturaleza excepto por el hombre, el hombre teme a la muerte. Hay una razón fundamental que hemos expresado, existe una ley de conservación, un instinto de preservación, pero, ¿qué añadimos a todo esto?, añadimos las posesiones, las complejidades, los deseos, las inquietudes, las esperanzas, los temores, y todo esto, naturalmente, repercute contra la integridad espiritual del ser, y así en una edad correspondiente a nuestra propia evolución, llega un día que nos damos cuenta de que la muerte realmente es el agente liberador de la vida y, entonces, ya no pensamos en ella con temor, la admitimos, nos recreamos con su presencia, y la admitimos como hacen los esotéricos, como el agente más grande que existe en el Universo aliado con el poder del primer Rayo, que es el Rayo que lleva la destrucción de las formas gastadas, para que el segundo levante encima otra cosa nueva y así hasta la eternidad de las eternidades en tanto exista un átomo de materia kármica que necesite la liberación o que necesite su redención.
Bien, una cosa muy importante que hay que considerar con respecto a la muerte, es las tres clases de tipo psicológico a través de los cuales podemos apreciar como se realiza la muerte o la evolución del Alma como también se dice. En el sueño, cuando la persona se entrega al descanso, automáticamente hay una succión —por decirlo de alguna manera—, de parte del Alma que necesita que la conciencia funcione en todas las dimensiones de todos los cuerpos conocidos y, entonces, las personas de tipo instintivo sienten la atracción por el plexo solar, y por el plexo solar las personas instintivas —sin afán peyorativo alguno—, surgen bajo la inhalación del Alma para pasar al plano astral en el subplano que les corresponda por evolución. Las personas de tipo sensible, las personas sentimentales, las personas predominantemente místicas, la succión la realizan a través del centro o de un lugar muy cercano al centro Cardíaco, y por allí se van al plano astral; y las personas pensantes que utilizan creadoramente materia mental, los discípulos mundiales, las personas de alta integración, realizan la aspiración superior hacia el plano astral a través de un punto situado muy cerca de la glándula pineal. Son tres lugares o tres puntos en los cuales la vida se escapa de la materia, los fluidos vitales se escapan de allí, haciendo la salvedad de que en el sueño el sutratma continúa anclado en el corazón, y que en la muerte desaparece totalmente, y la inhalación del Alma se lleva la conciencia y sus vehículos más los átomos permanentes, y se refugia después el tiempo necesario de recapitulación que realiza el Alma en el plano causal.
Bien, entonces la rotura del sutratma obedece a una razón fundamental, que es lo que vamos a analizar a través de las causas de la muerte. No puede romperse el sutratma si no existe una ley coordinadora, solamente hay una excepción, el suicidio; el suicidio que es la capacidad que tiene el individuo de utilizar en forma negativa la voluntad de Dios que tiene dentro del corazón, y no es nuestro interés hablar del suicidio en nuestra charla de hoy, darnos cuenta sí, de que la rotura del cordón plateado o del sutratma es debido a tres razones fundamentales analizadas desde el plano causal:
1. El cumplimiento del karma;
2. La cesación del deseo de vivir;
3. La retirada de la atención del Alma.
En el momento en que se produce la coordinación de estos tres aspectos, mental, emocional y físico, existe un tirón más fuerte que los anteriores, los que gobiernan el sueño de las criaturas vivientes en todos los reinos de la naturaleza que producen el fenómeno de la muerte, siendo como verán Uds. algo genuinamente científico, que podemos analizar técnicamente y que no es algo que nos venga importado del exterior, por cuanto todos dormimos cada noche y nos damos cuenta de que funcionamos en otra dimensión y esta dimensión es aquella que habitaremos normalmente después de la muerte y que, por lo tanto, no tiene ninguna extrañeza, no tiene ninguna explicación utópica porque es algo que podemos comprobar todos eficazmente.
Y, naturalmente, hay también las causas físicas relacionadas con estos tres aspectos causales del cumplimiento del karma, de la cesación del deseo de vivir y de la atención del Alma que se retira progresivamente, y es que la muerte física es debida o puede ser debida a accidentes, puede ser debida a enfermedades y por la propia vejez, lo cual no sucede porque envejecemos muy pronto en forma antinatural, por los métodos erróneos de vivir que tenemos todavía hoy, en el siglo casi XXI; y, naturalmente, que al coincidir los tres aspectos del cumplimiento del karma, de la cesación del deseo de vivir y de la intención del Alma que desaparece, se produce automáticamente la absorción, la inhalación del Alma, aquello que corrientemente definimos como el último suspiro, el Alma respira hacia sí desde el plano causal y atrae hacia sí todo cuanto ha constituido la vida kármica dentro del cuerpo, dentro de la emoción, dentro de la mente y todo se refugia en el plano mental, en el plano astral y en cierto nivel del plano físico, y ahí empieza aquello que podemos ver aquí, que es muy interesante porque nos da la clave de lo que han experimentado —quizá algunos de Uds. lo habrán realizado, en el sentido de experiencia —, de recordar en un solo momento en algo que escapa la ponderación porque no existe tiempo, en ciertos niveles etéricos, cuando están en un peligro de muerte, automáticamente existe un registro de hechos desde el plano causal, mirando que es lo que va a pasar, porque el Alma está interesada en guardar todos los recuerdos para refugiarlos dentro del átomo permanente como base de la próxima reencarnación o renacimiento; entonces, si se ha tenido esa experiencia, hay que recordar, y si no se ha tenido hay que observarla y hay que estudiarla, admitirla siquiera como una hipótesis mental, que en el momento en que el sutratma ha desaparecido completamente del cuerpo físico, que el corazón ha dejado de latir, que la mente ha dejado de funcionar y que todo va desapareciendo lentamente por el orificio que le corresponde al ser humano, entonces queda refugiada toda la conciencia íntegramente en el cuarto nivel del plano físico, tenemos el nivel sólido, el líquido, el gaseoso y el primero etérico, llamado subatómico, que es el que refleja todas las memorias individuales a través del tiempo en el plano físico; pero, automáticamente se está realizando una actividad paralela en el plano emocional, en el segundo subplano, en el cual el Alma en aquel momento de comprensión está recapitulando todos los hechos relacionados con los sentimientos, emociones, que tuvo durante la vida, y automáticamente también, siguiendo este proceso, en el plano mental, en el tercer subplano, la mente está relacionando todo cuanto hizo mentalmente durante toda su vida. Es algo que sucede en una fracción de tiempo imponderable, porque pertenece a otra dimensión, igual puede ser un siglo que un minuto o que un segundo, escapa a la medida del tiempo conocido, no hay relojes en el plano astral, por lo tanto, escapa por completo a la ponderación. Lo que sí que es importante que sepamos es que en este momento cumbre de la muerte se produce un hecho singular, en el plano físico el recuerdo más vivo de cuanto hayamos realizado, aquel acto que mayor condensación de energía tuvo por sus consecuencias kármicas porque alteró completamente nuestra vida, se convierte en un montículo, en una cúspide, que el Alma registra automáticamente, porque todo esto es una serie de recuerdos o de memorias acumuladas en el átomo permanente físico que van desfilando a la atención del Alma para que los vaya registrando y finalmente se produce un pináculo que es la síntesis de los recuerdos, y automáticamente todos los recuerdos físicos pasan a un departamento específico del átomo permanente físico y queda estacionado aquí a la atención del Alma, porque el Alma recopila también sus memorias, sus experiencias a través de aquella vida; y automáticamente en el mundo astral pasa lo mismo, el Alma absorbe de todos los contenidos memoriales, de todo cuanto sintió el Alma durante aquella encarnación y lo sintetiza en un punto clave que va ascendiendo hacia arriba y entonces toda la experiencia acumulada a través de este vértice, de este pequeño triángulo, penetra en el átomo permanente astral, llevando en sí toda la fuerza viva de los recuerdos del plano astral tal como vivió aquel individuo encarnado en el tiempo. Y la mente, lo mismo, hay una relación de valores sintónicos en la naturaleza, si aplicamos correctamente la ley de la analogía, y entonces, este punto mental de crisis, de tensión creadora buscando todo cuanto hizo mentalmente el individuo a través del tiempo, de la encarnación, también queda en una cúspide, que penetra en el átomo permanente mental y, entonces, el Alma absorbe todo esto dentro del cuerpo causal, que hemos simbolizado con un triángulo con tres puntos de interés que son los átomos permanentes y, entonces, podemos decir que la muerte prácticamente ya es un hecho, ya no hay regresión posible, todo está condensado dentro del cuerpo causal en este sentido, igual podemos decir que va en un triángulo hacia arriba creando los vórtices de energía, que serán los que servirán para crear las estructuras de un nuevo cuerpo cuando el tiempo sea llegado; y lo que va de uno a otro hemisferio, el paso de un plano a otro plano o de un subplano a otro plano, se denomina místicamente: ""LLaa NNaavvee ddee CCaarroonnttee"".. Según nos dice la tradición mística, la Nave de Caronte se simbolizada por un ángel resplandeciente de luz que espera al Alma para darle la bienvenida, yo creo más esta forma que la otra y no en un demonio que viene a buscar el Alma para llevarla Dios sabe dónde, todo está inmerso dentro de lo que hemos aprendido en religión a través del tiempo, entonces, la Nave de Caronte es la que lleva los puntos de crisis hasta sus últimas consecuencias, la que lleva al Alma del plano etérico al plano astral, del plano astral al plano mental y de éste al plano del Alma, al plano causal y, entonces, todo el proceso puede ser seguido de una manera científica, porque todas las personas que han experimentado una muerte aparente, que han estado al borde de la muerte coinciden en unos puntos principales, en que hay un Alma resplandeciente que les está aguardando, que les infunde confianza, que no quieren volver porque se encuentran mejor que en el plano físico, naturalmente, no hay la opresión, no hay las cadenas del cuerpo físico. Se dan cuenta también que no pueden pasar ni ponerse en contacto con esta entidad resplandeciente sin antes haber pasado por un proceso de recapitulación o de memorización, porque el renacimiento se produce cuando el tiempo sea llegado, a través de las memorias acumuladas en los átomos permanentes. Cuando nace a la vida de nuevo el ser vuelve a surgir el sutratma del Alma causal y, como se dice esotéricamente, lanza los anzuelos otra vez al río de la vida, y uno se clava en el corazón conteniendo el átomo permanente, y es el átomo permanente que empieza a funcionar cuando ha habido la concepción, el fenómeno de la concepción que hemos analizado en otras conversaciones, es el principio del karma de un cuerpo físico, siguiendo adelante el proceso, anclando en el plano astral y anclando en el plano mental como base de la creación de los cuerpos nuevos que el Alma va utilizando en otro proceso de vida o de renacimiento.
Entonces, todo cuanto vemos aquí puede ser catalogado como científico, no podemos decir que esto sea tal como es, dense cuenta que estamos tratando de representar cosas de la cuarta y quinta dimensiones en términos de la tercera, y al situarnos en un plano se convierte en una segunda dimensión, y que es muy difícil que podamos comprender el proceso de una forma total, pero hay que intuir más bien que razonar, tratar de ver esto como una espiral en la cual está inmersa el Alma y va ascendiendo por esa succión del Ángel Solar, buscando su punto de complacencia mística y tratando de reproducir en el tiempo lo mismo que se está realizando en los universos, en las constelaciones y en las galaxias, que es el fenómeno de la muerte y del nacimiento que existen por doquier, que es un fenómeno vivo de la naturaleza, que es algo que estamos haciendo constantemente y, por lo tanto, está dentro de la propia averiguación del propio ser, que no es algo que venga del exterior, es algo que todos podemos comprender acabadamente. Y también al analizar este gráfico (Vicente explica esta conferencia en pizarra) hay que darse cuenta que hay una explicación muy científica del por qué en los anales esotéricos se dice que el nueve es el número del hombre, y que el nueve es el número de la iniciación, vean ustedes, el cuerpo físico o la memorización física, se está realizando en el cuarto subplano del plano físico, que la restitución, memorización astral, se está efectuando en el segundo subplano, y que la memorización o recapitulación mental se está realizando en el tercer subplano, si contamos los subplanos veremos que está el número nueve, cuatro, seis, nueve, que es el nueve máximo de la iniciación, según se nos dice. El Logos de nuestro sistema planetario posee la Novena Iniciación y se le llama eell SSeeññoorr ddee llaa EEssttrreellllaa ddee NNuueevvee PPuunnttaass. Esto para nosotros ¿qué puede significar?, no hablamos de estas cosas porque todavía no tienen un significado científico en nuestro pequeño cerebro tridimensional, pero nos da la idea de que el Logos mismo se comporta conforme a las leyes que Él mismo ha programado, que no se queda estático mirando su universo, sino que interviene dando vida a todo el contenido de las formas, que está creando lo mismo por una tremenda alquimia que desconocemos, la liberación de sus propias características, y hay que admitir lógicamente desde el ángulo de vista de la analogía, que todo cuanto vemos en el Universo de objetivo es la expresión del karma que se expresa a través de la Rueda de Samsâra, y que la Rueda de Samsâra con las cuatro edades, la infancia, la juventud, la edad madura y la vejez, se está realizando en todo el orbe conocido de lo ultradimensional, de todo cuanto existe en el Cosmos, y que todo cuanto llamamos un tipo kármico no es más ni menos que esta rueda más amplia que utilizan los Logos para programar su propia evolución; y que todo cuanto está dentro del alcance humano a través de la analogía es un hecho que podemos considerar como científico, y que siendo científico está atentando de una manera directa contra la autonomía de la mente para que se abra de esta autonomía y surja triunfante en la liberación, y todo esto buscando la analogía que existe entre una pequeña entidad que es el ser humano con el propio Logos Absoluto. Todo está en todo, y todo cuanto el hombre piense y desee puede ser una realidad, pero lo único que interesa en estos momentos, a pesar del aspecto científico de la cuestión que tiene una contraparte mística extraordinaria —que analizaremos más adelante—, es que la muerte no debe hacernos nunca perder la fe en nosotros mismos, y el temor a la muerte está creando muchas enfermedades, y el temor a la muerte incapacita a la mente para razonar, y el temor a la muerte implica siempre destrucción del yo, y que el temor a la muerte es algo inútil, es llenar el ser de complejidades, para llegar a la comprensión de que solamente hay que amar a la vida, y amar a la vida para mí es amarnos todos dentro de un sentido incluyente, dinámico, vivo, no simplemente teórico, porque la palabra amor ha perdido eficacia a través del uso indebido, como la palabra Dios o del Cristo cósmico. Por lo tanto, todo cuanto digamos acerca del amor si no lo aplicamos es falso, es demagogia y hoy se habla mucho de demagogia, y el hombre esotérico debe hablar con palabras sencillas, sin demagogia, tal como son, y la gente lógicamente aceptará aquello que se le presente con rectitud de conciencia, con alteza de miras y sobre todo con buena voluntad.
Y ahora espero que ustedes con sus preguntas permitan ahondar más profundamente este tema interesante de la muerte.
Interlocutor.—Has hablado de la liberación de nuestras características, podríamos decir que es la liberación de los cuatro elementos; la parte mental, la parte astral y la parte física, la parte astral, claro, será la parte emocional, la parte del deseo, la parte mental será la del fuego. Bien, o sea, que esta es la forma de ver las grandes características en el hombre, en el Universo o en lo que está manifestado.
Vicente.—Es la liberación de todo cuanto atente contra la ley. Todo cuanto está sujeto a un proceso de regresión al pasado debe morir o debe ser destruido en una palabra más eficaz, porque la destrucción del cuerpo emocional no conlleva nada, ahora, las cualidades negativas con las cuales introducimos nocivas influencias en el cuerpo emocional, sí debe ser eliminado. Cuando hallamos características emocionales o características mentales o modificaciones mentales, o tendencias de tipo psicológico, o simplemente tendencias físicas, nos referimos a unos cuerpos que la vida nos ha prestado simplemente y que, por lo tanto, debemos devolver esos vehículos, pero con una acusada tendencia a la liberación; de ahí que el iniciado se caracteriza porque sus átomos no tienen karma, por así decirlo, participan del karma del iniciado, los ha convertido en luz a través de la redención de la materia y, por lo tanto, a esto podemos decir que se ha liberado de una cierta modificación, habida cuenta que los cromosomas, como decíamos antes, tienen autoconciencia, poseen recuerdo, y que toda la genética y el código genético humano está basado en el cromosoma y que el cromosoma precisamente está relacionado con los átomos permanentes y con estas memorias. Cuando la ciencia se integre en lo espiritual, en la parte esotérica, su campo de estudio abarcará nuevas dimensiones y podrá luchar más eficazmente en el campo de la genética, no para crear absurdas combinaciones sino para buscar los tipos vivos que reflejan una realidad espiritual, empezando por la redención del propio campo científico de la medicina. Hay un trabajo enorme a realizar, dándonos cuenta que el científico ante todo debe ser un investigador esotérico, y con el tiempo se cumplirá la profecía de Cristo de que llegará un momento en que la verdad se proclamará por todas partes, desde los tejados, por las calles, por las plazas, palabras textuales en estos días, pero que tienen una cierta razón de semejanza.
Leonor.—Entonces es cuando al liberar todo, es cuando morimos un poco cada día.
Vicente.—Exacto, es la muerte constante.
Leonor.—Yo quisiera que hablaras un poco, por ejemplo, de esos valores internos que tenemos que reencontrar o desarrollar, para poder hacer esto de morir cada día, gozando cada día, de quien tenemos al lado, de lo que tenemos, de lo que disponemos, pero gozando cada vez, sintiendo un desprendimiento hacia todo ello, para si en caso parten antes que nosotros, sepamos pasar sin ellos, sin tener desesperaciones, para todo esto hay que buscar algo que hay dentro de nosotros, un depósito interno de una energía espiritual que quizá todavía no la conocemos, por si acaso está descontrolada dentro de nosotros, tendríamos que conocer un poco la técnica esta, que si no nos pone en contacto con este valor interno por ahora, para que no nos de miedo cuando, por ejemplo, dos personas que vivan solas, según quienes sean, de familia o de amistad, al faltar una de ellas llenar este vacío, pero tiene que empezar a llenarlo cuando todavía no le falta la compañía, entonces, hay que encontrar dentro de la persona sus valores para poder aplicarlos antes, cuando se tiene todo; en fin, esta clase de energía, qué clase de energía es para poder vivirla plenamente y, entonces, sí que uno goza lo que tiene pero sabe que dejará de tenerlo probablemente y que se siente completamente igual cuando no lo tenga, esta clase de valor, esto ha de estar dentro de nosotros, ¡dónde! ¡cómo lo desarrollamos, si es que está!
Vicente.—Si casi has dado ya la noción de todo el proceso que estamos tratando de definir como liberación de la muerte. Inevitablemente cuando desaparece un ser querido sentimos un vacío, y la pregunta de la señora es cómo llenar este vacío y si este vacío ha de ser llenado después o antes. Lo que hay que evitar es el sufrimiento, porque si hay sufrimiento, naturalmente, es que hay un vacío, ahora bien, ¿cómo nos preparamos para la muerte? ¿cómo nos prepararnos para funcionar en el plano causal o en el plano del Alma donde no existe separación? Es el problema de siempre, es el problema místico, es el problema esotérico, es el problema humano. ¿Qué decíamos antes?, cuando hay amor verdadero, cuando el amor es de síntesis, no de atracción, no de interdependencia o de dependencia, entonces, no existe separación después de la muerte. Hablamos de separación o de dolor o de vacío, cuando no hay amor, porque hablo del plano causal donde todo es amor, ustedes preguntarán: ¿cómo vamos al plano causal o que hacemos con el plano causal si es una utopía?, porque no la vemos reflejada en nuestras acciones cotidianas, ni a través de las meditaciones, ni a través del yoga. Yo digo que hay que vivir con una apertura mental y emocional extraordinaria para poder captar el sentido de la síntesis espiritual, que hay que vivir muriendo, entendiendo por muerte la simplificación, porque todos —me parece a mí—, estamos muy preocupados en acumular en el tiempo y poco dispuestos a abandonar en el tiempo aquello que hemos conquistado, hasta el punto que hay un centro fatídico de paso del mundo etérico al astral imposible de flanquear, cuando el Alma está pasando allí con todo bagaje, de tus amores frustrados, de todo cuanto quiso y no pudo acumular, de todo cuanto posee y quiere llevarse consigo inexorablemente, y que es un peso de la conciencia, y que siendo un peso de la conciencia no puede pasar por aquel punto, y queda aquí, frenado, aquí, aquí o aquí, y no puede pasar adelante buscando la luz del plano causal. Entonces, si empezamos ahora mismo, simplificando el ánimo, dejando de sentirnos atraídos por las cosas pasajeras, si vivimos de amores reales y no de amores de interdependencia, si amamos el Alma y no el cuerpo o la personalidad o aquello que desaparece, habrá una posibilidad, pero yo no puedo dar ninguna regla exacta ni ninguna técnica, porque es el propio individuo el que tiene que amar, no una persona que diga hay que amar de esta manera o amar de la otra, habida cuenta que el Alma está en todos nosotros y que el Alma es una efusión de Amor de la propia Divinidad y, por lo tanto, cuando sentimos separatividad y la sentimos constantemente en el hogar, con las personas que amamos, es que no hay suficiente amor, y si no hay suficiente amor la mente no está capacitada para simplificar, y si no hay amor no estamos capacitados para unirnos con los demás, incluso la persona que está a nuestro lado. Entonces, el problema no es un problema de temor a la muerte sino de falta de amor a la vida, lo uno genera lo otro, y el vacío que sentimos hay que rellenarlo con mucha comprensión, con mucho amor, no con una mente analítica simplemente, la base está en el equilibrio que existe entre la razón y el amor, lo cual significa que estamos bajo la tutela consciente del Alma Superior o del Ángel Solar o del Yo Superior. Es decir, estamos inmersos en un mundo calidoscópico, un mundo fluctuante, un mundo de valores relativos, y viviendo en este mundo de valores relativos nos preguntamos ¿qué voy a hacer para alcanzar la liberación? Simplemente deja lo relativo y estás en la liberación, es lo real ¿verdad? y ¿quién acepta la máxima? ¿quién va a empezar a simplificar? ¿quién va a empezar a querer profundamente al ser que tiene al lado con todos sus defectos y contrariedades psicológicas?
Todos tenemos problemas familiares, todos tenemos problemas de vacío interior, todos estamos aburridos y buscamos distracción en vez de preguntamos ¿por qué estamos aburridos?, y ahí está la base de la muerte constante, no la muerte lenta, creadora, sino la muerte, la sofocación del espíritu creador. Cuando existe creación existe un éxtasis grande, permanente, existe lo que podríamos decir ccoonnttiinnuuiiddaadd ddee ccoonncciieenncciiaa,, pero si no hay continuidad de conciencia habrá un vacío, ya sea con relación a las personas que amamos o a las personas que despreciamos, el vacío existirá siempre. Solamente hay que ser sinceros y ser humildes en la sinceridad, para darnos cuenta de que realmente lo que estamos fraguando en el interior es buscando el acomodo, buscando el amparo de otra persona, no el amor que aquella persona precisa, o ¿es que sentimos compasión para los demás? ¿hay compasión en el corazón? Si hubiese compasión, empezando por los reinos inferiores de la naturaleza, habría compasión humana, habría un principio de amor entre unos y otros, pero no hay compasión ¿verdad?, lo sabemos todos que no hay compasión; y, por lo tanto, desde este punto fijo de contrariedades psicológicas humanas, de esos puntos de crisis insalvables, nos preguntamos ¿qué vamos a hacer? Pues bien, yo diría que hay que vivir muy atentos y apercibidos de todo cuanto ocurre en nuestro interior y fuera de nosotros mismos, que dejemos de asustarnos por el vacío interior, quizá se produce un vacío interior porque no amamos el vacío, porque no amamos la soledad y buscamos la compensación en otra persona o en otro grupo, en otra comunidad, y para mí, la regla exacta, la regla de oro para perder de vista esta vacío interno que nos agobia es afrontar la vida serenamente.
No podemos amar solamente con el intento, es una serie de razones kármicas, una serie de razones psicológicas, una serie de razones de tipo espiritual que están inmersas en el proceso de separatividad o de continuidad de conciencia. El día que tengamos continuidad de conciencia amaremos a nuestros semejantes, y el problema es cómo adquirimos continuidad de conciencia, yo diría “estando muy atentos siempre”, porque he llegado a la conclusión de que si la mente no está atenta constantemente a todo cuanto sucede dentro y fuera de sí no pueda haber amor, porque el amor debe surgir por la atención, porque cuando estamos atentos hay silencio, hay un silencio porque el yo deja de existir prácticamente, siendo el yo la causa de la dualidad y, por lo tanto, la causa de la separatividad, y si hay separatividad no podemos hablar de amor, ¿verdad? Entonces, vivamos atentos, apercibidos, de una manera tan potente que a partir de nosotros y buscando cualquier otra parte fuera de nosotros exista reciprocidad y unidad, y esto sólo existe cuando existe una gran pasión de vida en el ser que lo lleva a amarlo todo, a sentirlo todo y a experimentarlo todo con la mente muy atenta, entonces, hablaremos; cuando la mente esté muy atenta y apercibida, cuando haya logrado el sentimiento vivo de continuidad en el tiempo, cuando todo esto sea ilusorio por cuanto ha desaparecido del campo perceptual del yo, entonces, dejará de existir la dualidad, la polaridad y la soledad, hablaremos entonces de amor no antes.
Interlocutor.—Una palabra nada más, para ratificar lo que dice nuestro buen amigo Vicente, para decir que etimológicamente también se da esto, es decir, muerte viene de “mor”, si le ponemos la “a” delante es el amor.
Vicente.—Exacto.
Interlocutor.—Yo creo que en la charla de hoy, al menos yo tengo la visión de que es en esta vida donde nosotros vamos trazando, o sea, el karma de nuestra próxima encarnación, o sea, vamos redimiendo karma en nuestra vida actual, ahora, siempre decía que nos estamos trazando la próxima vida, o sea, que lo que tú decías del desprendimiento de los átomos, yo creo que viéndolo de una manera muy sencilla, creo que se puede considerar como un paquetito en el que queda depositado lo bueno y lo malo y cuando tenemos que redimir, pues este bueno y malo se nos va ¿no?
Vicente.—Exacto. Nadie nos da ni nadie nos quita, la ley es justa, de la misma manera que el nacimiento y la muerte son iguales, que es la polaridad de la vida. La vida debe manifestarse en una polaridad, tiene que haber manifestación cíclica en el tiempo, porque no podemos hablar del silencio de los Dioses y después de aquello que ocurre, después de los cien días de Brahma o del gran Pralaya, del cual nos habla el sentido místico del esoterismo más profundo. Darse cuenta de que hay una similitud entre el Pralaya y los silencios que podemos experimentar en la vida, porque cuando la persona está muy atenta —y reincido en esto porque es muy interesante—, no existe la conciencia del yo inferior, existe una atención y decir atención simplifica o define muy bien el sentido de síntesis, estamos sintetizando, si estamos sintetizando significa que estamos dejando la mente desguarnecida, ¿de qué?, de cualidades mentales, ya que la mente refleja aquello que quiere reflejar el pensador, es una panorámica que puede contraerse o extenderse a voluntad, no es un hecho real, creamos la mente al pensar y al dejar de pensar la mente no existe, pero como siempre estamos pensando tenemos la mente, como siempre estamos sintiendo tenemos el cuerpo emocional, y como tenemos deseos de vivir tenemos el cuerpo físico. Entonces, la programática de la vida espiritual o esotérica es hacer aquello que preconizaba Sócrates a sus discípulos, de ver todo cuanto realiza el individuo aparte de sí mismo, atento pero aparte; lo que hace Krishna con respecto a Arjuna, Krishna como gran Señor Creador del Universo y Arjuna como una pequeña fracción de karma del propio Krishna, después de llenar el Universo con un pequeño fragmento de mí mismo Yo persisto aparte por completo de mi obra..
Entonces, el proceso de la recapitulación es el proceso que enseña al individuo a liberarse de la conciencia del yo con respecto a sus vehículos, se da cuenta de que tiene un traje que se va a poner cuando tenga necesidad de él, de un mecanismo de trabajo, y si ahora en vida estamos haciendo una separación inteligente entre el yo y sus mecanismos de expresión iremos muriendo un poco cada día, porque lo que muere no es el yo, tengamos presente esta idea, sino que está muriendo aquello que ya no sirve para un trabajo específico del Alma, y hay que aceptarlo como una bendición. Ahora bien, hay una ley de preservación de la especie, bien, utilicemos creadoramente ese sentido de preservación de la especie, cuidemos nuestro cuerpo, hagamos todo cuanto sea necesario sin llegar a venerarlo como un becerro de oro, dándole lo que necesita, ni más ni menos, ni menos ni más, y no que sea el rector de la conciencia como ocurre habitualmente, y lo mismo con el plano emocional y con el plano de la mente. Si desde el momento en que estamos enfrascados en algo importante dejara nuestra mente de actuar porque está enfrascada en algo interesante utilizará el pensamiento y la mente ni se dará cuenta, porque el yo está ausente, está completamente inmerso en la acción, es decir, que el yo, el sujeto y aquello que está observando el objeto se han convertido en una misma cosa, esto contesta en parte a lo que decía la señora, si la mente de la persona está dentro del corazón de la otra no hay separatividad, hay separatividad cuando existe un desenfoque total entre una persona y la otra, y es el caso más generalizado desgraciadamente.
Interlocutor.—Un iniciado que esté en la Tierra, o sea, en cuerpo físico, si una persona allegada y querida, también espiritual, hace ese traspaso de la muerte ¿cuál sería su reacción?, sería de una real tranquilidad porque sabe que ese ser ya no necesita ese cuerpo y sabe que esa Alma sigue viviendo y, por lo tanto, sabe que puede seguir conectándose con ella o es posible que incluso esta persona se afecte relativamente ante esta separación de aquella materia que en cierta manera la ha tenido al lado y ayudado en ese plano puramente físico.
Vicente.—¿Hablas de un iniciado?
Interlocutor.—Sí, sí, de un iniciado.
Vicente.—Depende de la iniciación. Yo creo que todos tenemos una pequeña iniciación, los que estamos aquí. Ahora bien, cuando hablamos de un iniciado, hablamos de un iniciado de la 3ª Iniciación, significa que ha dejado el cuerpo físico, el cuerpo emocional y el cuerpo mental, es aquel misterio de la Iglesia cristiana de la liberación de la Ascensión al Monte Tabor de la Conciencia, la Transfiguración, técnicamente descrita, en el cual el Cristo lleno de luz está en el Monte Tabor y debajo de sus pies están los tres cuerpos, los cuerpos de sus discípulos dormidos, que simbolizan sus cuerpos, el físico, el emocional y el mental. Siempre veremos la programática del tres en la vida del ser humano; entonces, el iniciado de la 3ª Iniciación, el iniciado de la 1ª y 2ª Iniciación —para que tengamos una idea más certera de lo que es un iniciado—, puede pasar directamente, sin ninguna recapitulación, por un proceso de recapitulación diaria que realiza, es decir, ¿por qué recapitulamos? Porque sabemos que hacemos actos buenos y actos malos, y hacemos una separación entre los unos y los otros, pero ¿qué ocurrirá cuando el ser humano no haga mas que actos correctos? No tendrá necesidad de recapitular, porque entonces tendrá acceso a la continuidad de conciencia. Puedo decir que un iniciado de la 1ª Iniciación tiene continuidad de conciencia hasta el plano atómico del plano físico, que un iniciado de la 2ª Iniciación tiene continuidad de conciencia en el plano físico y hasta el nivel subatómico del plano astral, y que un iniciado de la 3ª Iniciación posee estas dos más la del cuerpo mental, entonces, tiene a los tres cuerpos gobernados sin opresión, no oprimidos, los tiene simplemente gobernados, y encima está triunfando el Cristo Cósmico. Ahora bien, si hablamos de iniciaciones superiores tenemos que ascender hacia arriba en la escala de los planos de la naturaleza, buscando la actividad, por ejemplo, de la Tríada espiritual de Atma, Budi, Manas superior, y todas estas cosas que hemos aprendido esotéricamente; lo que hay que enseñar es algo muy importante, que al llegar al plano monádico, cuando se ha liberado el Ángel Solar, cuando el ser humano se ha convertido en un Maestro de Compasión y de Sabiduría, posee una actividad creadora en los cinco planos de la naturaleza y desde el plano monádico puede crear a voluntad su propio cuerpo de expresión, el esotéricamente llamado LLiinnggaa--sshhaarrîîrraa,, puede crearlo a voluntad, entonces, puede cogerlo y recogerlo a voluntad y siempre puede mediar, posee un dominio tan tremendo de los éteres del espacio, de la materia y de las leyes que rigen todo el contenido universal, que puede hacer lo mismo que hace Dios el Creador, puede crearse sus propios cuerpos como Dios crea su propio Universo, y cuando el Logos deje de prestar atención al Universo también vendrá una inhalación de la SuperAlma Universal, y a través de unos planetas que son los responsables de los átomos permanentes de los Logos solares, irá también a refugiarse en ciertos planos causales de remota y desconocida procedencia más allá de nuestra inteligencia actual. Pero, lo que implica es que el dolor que la persona siente al morir un ser querido prácticamente ha dejado de actuar en el iniciado de la 3ª Iniciación, y en las otras dos sólo muy vagamente, muy vagamente diría yo, porque tiene una continuidad de conciencia y esta continuidad de conciencia hace que el iniciado traspase los planos sin necesidad de detenerse, como tiene que pasar el Alma, porque hemos hablado de un proceso de recapitulación en ese subplano, pero tiene que darse cuenta que tiene que ir ascendiendo hacia arriba buscando este ajuste, y que solamente en los átomos permanentes quedará la esencia, no todas las memorias, la esencia, porque con aquella esencia viene a ser como la esencia que conocemos en perfumería, muchas miles de flores o de rosas o de claveles dan una sola gota de agua, esto es la condensación de la actividad de muchas rosas, y es lo mismo en el plano causal cuando se trata de los átomos permanentes, que parece una cosa muy difícil de aceptar porque está en otra dimensión, pero presentado científicamente puede resultar, porque a menos que ustedes me digan lo contrario, tenemos una capacidad de recuerdo que no sabemos por dónde viene ni a dónde va, simplemente recordamos los hechos, ¿de dónde provienen los recuerdos del pasado y cómo por esto proceso voluntario o involuntario de memorización podemos traer al presente hechos del pasado? Bien, la recapitulación se puede hacer en vida, y por lo tanto en vida podemos empezar a morir, empezando también a simplificar.
Interlocutor.—Si la muerte es continuación del sueño diario, ha sido un error y sigue siendo el error del ser humano, ¿no llegará el momento no muy lejano en que esto lo tomemos muy sana y llanamente tal y como si fuera un sueño, como una terapia, como una especie de solución al problema de crisis actual de muerte, de comprensión en el mundo, en vez de renunciar el individuo para llegar a esa armonía que comprende lo que tiene que hacer?
Vicente.—Naturalmente, tiene que llegar el momento en que el problema de la muerte al ser simplificado deje de ser un problema. Es un problema porque a la idea de la muerte hemos añadido una serie de ideas que no tienen nada que ver con la muerte y sí con el temor a la muerte, que no es lo mismo. Por lo tanto, el proceso es una explicación racional, y yo creo que con el tiempo —yo no doy una regla fija en el tiempo porque no la tengo, porque pertenece al karma de la humanidad—, llegará un momento en que la muerte sea un símbolo de vida. Por ejemplo, creo que el Maestro Djwhal Khul dice en uno de sus escritos, que llegará un momento en que podremos conversar con los muertos o desaparecidos a través del teléfono o de la televisión, utilizando métodos científicos como utilizamos hoy la televisión en color; por lo tanto, cuando existan una cantidad suficiente de seres humanos que posean vista etérica y que vean el proceso de la muerte, será fácil de ver como clara la idea de que la muerte no es la muerte sino que es un renacimiento en otra existencia, en otra vida, en otro plano y que, por lo tanto, es una liberación. Es como salir —la idea que nosotros tenemos de la muerte, es lo que dice el Maestro Tibetano precisamente— de una habitación iluminada con los seres queridos y pasar a algo que es negro para nosotros, desconocido, que nos causa zozobra y temor, y sin embargo, el nacimiento es lo que es motivo de sufrimiento, porque entonces el Alma se encadena a sus vehículos de expresión en el tiempo, en tanto que la muerte es la liberación de todo aquel conglomerado de elementos que nos han hecho sufrir en el tiempo.
Analizaremos más detalladamente, en conversaciones posteriores, el problema de la muerte visto desde el punto de vista de una experiencia personal e íntima, para que nos demos cuenta de que realmente la muerte es un sueño, pero más extraordinario, más maravilloso, hasta llegar a un punto en que la muerte deje de hacernos sufrir, porque realmente cuando una cosa se comprenda plenamente existe entonces dentro del corazón un ímpetu espiritual que hace que nos borre todo cuanto hay acerca de la muerte y acerca de lo que está relacionado con la muerte y que todavía tiene asidero en la conciencia del hombre.
Leonor.—A mí me gustaría que hablaras, por ejemplo, sobre esto de que a finales del siglo XXI podríamos conectarnos con los seres que nos han pasado delante, y que hablaras si este proceso es un proceso que solo se explica para dar una ilusión a los que aun estamos aquí o bien si será útil para los que están allá, porque yo creo que es atraerlos, si por ejemplo, es una parte astral de ellos mismos no nos servirá para nada verlos ni hablarles, y si fuera la parte superior de ellos mismos es entorpecer su camino, entonces, yo quisiera saber ¿qué adelanto sería poder conversar con un ser querido que se ha marchado ya?, ¿qué parte de él es con la que se podría poner en contacto con nosotros o bien si verdaderamente era la parte superior del mismo, aquella parte que sabemos que ha pasado por todo esto, entonces, le hacemos retrasar su evolución o cómo es?, porque me extraña esto de que el Maestro dijera que podríamos hablar con los seres desencarnados, en este caso yo pienso que es hacerlo retroceder.
Vicente.—No, de ninguna manera, siempre y cuando no sea una invocación sino que sea un contacto. Habitualmente existe —Uds. lo saben— la invocación de los difuntos, para mí es una práctica negativa y antikármica, va contra la ley, toda persona que invoca a un difunto atenta contra una ley de Dios, está atentando contra la autonomía de este ser en el plano astral. Cuando hablamos de contactos astrales son aquellos contactos que podemos establecer cuando tenemos establecida una continuidad de conciencia. Cada vez que vamos a dormir soñamos, vemos personas, vemos situaciones, vemos hechos, ciudades, países..., y aquello existe en el plano astral o es una visión astral del mundo físico, porque, en cierta manera y hasta cierto punto, el plano astral es el plano físico con más grandiosidad de oportunidades. Y lo mismo pasa con el plano mental, no mirando el proceso con una mente tridimensional “de hacia fuera” sino hacia adentro. Esto es lo que hay que tratar de buscar primeramente, entonces, la invocación es negativa y el contacto es positivo.
Hay también la idea de que el ser humano, después de un proceso de restitución, es decir, que pasa de un proceso kármico de acumulación de valores en el tiempo y tratando de preservar esos valores, que debe desaparecer a través de la línea de la muerte, y entonces, tiene que culminar el proceso en una amplitud mayor que llamamos plano astral, donde existe un campo de experiencia para el Yo, para el Alma, con comunidades sociales como en el plano físico, con contactos específicos entre personas, con aquellos seres que nos aman y hemos amado, todo está allí condensado, hasta que llega el momento en que el Alma decide aumentar el ritmo de vibración de su propia conciencia y penetra en aquel estado técnicamente definido como de DDeevvaacchháánn.. El Devachán es el cielo de las Almas, es cuando ha agotado el deseo de vivir y penetra en una dimensión superior donde aparentemente todo cuanto piensas se está realizando, así que por lo tanto no hay problema de adaptación, ni problema de esfuerzo. Y al pasar este punto es muy interesante comprender que nunca nos hemos encontrado solos a través del tiempo, y que hemos nacido y muerto —o dejado el cuerpo— durante muchos millones de años, utilizando cada vez cuerpos más estilizados a partir del reino animal, desde que el hombre empezó a tener uso de razón o de autoconciencia hasta la mente más preclara del mundo civilizado moderno; es una extensión en el tiempo y el espacio de las cualidades del Dios en el ser humano. Y naturalmente, el iniciado está libre de Devachán, por una razón muy sencilla, porque ya en vida conoce la felicidad de la unión con la Divinidad, pero el hombre no conoce la fruición del iniciado ante la vida ni la comunicación con el ser supremo que llamamos Dios, entonces, la propia justicia de Dios crea el Devachán, y cada persona tiene su propio Devachán, siendo éste Devachán allí donde vive y realiza todo cuanto en vida no pudo realizar, agota el deseo de vivir y cuando renace es con otro deseo de vida, más sutil, con más experiencia, con más potencia creadora.
Interlocutor.—Por favor, si podría aclarar esto de los tres días sagrados, si por casualidad tiene alguna relación con los tres puntos de crisis.
Vicente.—Sí, había olvidado este punto. Naturalmente que hay una relación entre los tres días sagrados y las tres etapas de recapitulación después de la muerte; ustedes saben que cuando piden la verificación de la cremación de un cadáver hay que esperar tres días y esto es simbólicamente un día para el cuerpo físico, otro para el emocional y otro para el mental, pero, el darnos cuenta de que estos tres planos son subsidiarios el uno del otro, al decir tres días nos estamos refiriendo a tres etapas, porque hay que señalar que hay personas que mueren, aparentemente están muertas y están cinco y seis días enterradas, y cuando se dan cuenta de la situación ya no hay tiempo, es decir, que los tres días son simbólicos y que representan las tres etapas de la recapitulación. Cuando se dice que Jesucristo descendió a los infiernos y estuvo tres días entre los muertos, se refiere al proceso de recapitulación, pues desde el ángulo de vista esotérico son tres planos de muerte para el Alma, aunque cada plano es su propia determinación y en su propia vivencia es vida plena. La gente no sé por qué, pero tiene otro sentido de valores y ha cogido los tres días que Cristo desciende a los infiernos para ascender después con su gloria manifiesta a los cielos, comunicándose con estos tres puntos de crisis del Alma al memorizar, puede ser que haya establecido los tres días en el mundo físico para quemar un cadáver antes de que exista la posibilidad de que la vida esté todavía dentro del cuerpo. Insisto, son etapas, son puntos de crisis, no son tres días.
Interlocutor.—¿A medida que se van moviendo las formas geométricas hacen un color?
Vicente.—Naturalmente, todas las formas geométricas según su disposición etérica, según su red —sea la red que sea— da un color definido, vamos a apreciar por ejemplo un color rojo, ese va a ser un cuadrado, y hay colores sublimes que responden al círculo o a la esfera, es algo que viene por clarividencia, viene por intuición. Una persona ve colores, llegará un día que al propio tiempo que vea el color oirá una melodía y verá una forma geométrica, ¿se dan cuenta?, o según el plano en que observe la persona, o bien verá una forma geométrica, y automáticamente aparecerá un color y oirá un sonido. Y esto naturalmente viene porque la persona está dispuesta y capacitada para percibir en un espacio cuatridimensional o quintidimensional, formas, colores y sonidos. A medida que se acerca al Creador la forma es más sublime —la forma geométrica me refiero— el color será más sutil y el sonido más perfecto. Podría decirles que cuando un músico está inspirado y se pone en contacto con el cuerpo búdico, si examinamos el proceso desde el ángulo de la clarividencia causal, veremos que está absorbiendo una cantidad impresionante de formas geométricas, y al pasar por su corazón se transforman en las notas de la música, es una melodía; pero, todo está en la naturaleza, y todo viene a través del cuerpo etérico, de ahí la necesidad de que el cuerpo etérico esté siempre radiante, esté puro y que la conciencia sea humilde, porque no habrá revelación si no hay humildad, y la iniciación es un efecto producido por una serie interminable de actos de humildad en la existencia, y somos poco humildes ¿verdad?, y todos queremos vernos dioses de la creación.
Interlocutor.—Entonces, ¿el cuerpo etérico es que el hace contacto con el éter cósmico?
Vicente.—Sí, bueno, es que es del éter cósmico que una parte la persona se apropia su propio campo etérico, es decir, que la naturaleza del éter del cuerpo físico, por ejemplo, del cuerpo etérico-físico que es el que se manifiesta como campo magnético, que forma parte del cuerpo planetario etérico, lo mismo que el campo astral, el cuerpo astral de un hombre —salvo las limitaciones— forma parte del cuerpo astral de la Divinidad; y el cuerpo mental de un hombre forma parte del cuerpo mental de la Divinidad, teniendo en cuenta que la mente del Creador engloba todas las mentes humanas, y estamos tratando ya de buscar la mente de la Divinidad.
Interlocutor.—En la dualidad del ser humano, el karma está ahí y no está, puede ser un karma que no haya influido por ser espiritual, pero sí el material, el karma planetario, o sea, existe; la humanidad tenemos un doble karma, espiritual y material, entonces ¿serán dos karmas o está entre dos karmas, como es esto?
Vicente.—No, no, un karma que abarca toda la totalidad de los cuerpos sujetos a karma. El karma humano corresponde al cuerpo físico, al cuerpo etérico, el éter que condiciona, es señalado con esta línea azul (Vicente lo representa en pizarra) que he dejado un espacio para que vean el aura que llena una cosa y contrae, lleva hacia el cuerpo físico las energías causales, a través de..., pues bien, todo el karma, empezando por el mental, el emocional, el etérico-físico es el karma humano. Si pudiésemos hablar de karma en un reino diríamos que el cuadrado o que el cuerpo físico o que lo que es el elemento mineral constituye el karma del reino mineral, y que toda el agua contenida en los mares forma parte del reino vegetal, hay unificación en este principio; y que el karma del reino animal también tiene su karma, ya tiene más progresión hacia el mundo de las causas, pero solamente al llegar al reino humano el karma se hace inteligente, entonces, cuando ha llegado el karma humano a ser consecuente de su propio karma empieza a entrever el karma de Dios, no es que existan dos karmas, sino que es más vasta la esfera del karma..
Interlocutor.—Es más consciente.
Vicente.—Exacto
http://maestrosdecorazones.blogspot.com.es/
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