Querid@s Almas Hola! Quiero compartir con ustedes Enseñanzas de los Maestros Ascendidos y de otros Maestros que han traído tanta Luz a nuestros corazones y hoy, nos pueden enseñar como hacerlo, teniéndolos a ellos como ejemplo y como guías invaluables, que a través del Amor Divino, iluminan nuestro camino hacia la Luz. Namaste
jueves, 7 de septiembre de 2017
Maestro Seth: “El cuerpo como la propia e irrepetible escultura viva” a través de Jane Roberts
EL CUERPO COMO LA PROPIA E IRREPETIBLE ESCULTURA VIVA. LA VIDA COMO LA MÁS ÍNTIMA OBRA DE ARTE, Y LA NATURALEZA DE LA CREATIVIDAD TAL COMO SE APLICA A LA EXPERIENCIA PERSONAL
LA NATURALEZA DE LA ILUMINACIÓN ESPONTÁNEA Y LA NATURALEZA DE LA ILUMINACIÓN FORZADA. EL ALMA EN ATUENDOS QUÍMICOS
Un colaborador de un famoso médico escribió pidiendo una sesión (el 13 de noviembre de 1972). Vino aquí hace unas cuantas noches (lunes, 5 de febrero), y asistió a la clase de Ruburt al día siguiente. Le hablé en ambas ocasiones.
El joven trabajaba con drogas para fines terapéuticos desde hacía algún tiempo. Anteriormente, había viajado por la India y seguido a un gurú. Dejó al gurú para seguir al médico. Como pasa siempre en muchos jóvenes, avanzaba en su viaje individual buscando la verdad, esforzándose por hallar los métodos que lo ayudarían a descubrir EL CAMINO.
La meditación le aportó un poco de iluminación, pero el gurú de la India le dijo que debía tener una obediencia ciega. El médico le ofrecía una mayor libertad y la esperanza de que quizá "químicamente" podrían abrirse las puertas de acceso a la verdad, al menos, dentro de los confines de su propia alma. De modo que el joven regresó a su país y entró a formar parte de una gran organización.
Vio cómo los enfermos, infelices y neuróticos acudían a este nuevo templo de la verdad donde los productos químicos y fármacos sustituían, por así decirlo, la hostia de la comunión. Él creía que se los ayudaba, pero también temía que se causara cierto daño innecesario y peligroso.
Él mismo tomó drogas bajo control varias veces, primero en pequeñas dosis y luego más grandes. Descubrió cosas bastante aterradoras, y el médico sugirió que las afrontara ingiriendo otra dosis masiva. A regañadientes, accedió.
La experiencia fue tan demoledora que suplicó tomar una droga que contrarrestara la primera, sabiendo como sabía que esto contradecía todas las normas. Se le negó la droga. Según explicó aquí, se alegraba de que lo hubieran forzado a enfrentarse a ello, pero sus grandes dudas lo trajeron aquí, y finalmente lo conducirán a otros campos muy apartados de esa terapia.
Muchos han acudido a mí o me han escrito después de experimentar un «mal viaje»; los jóvenes especialmente, siempre grandes buscadores de la verdad, se sienten muy tentados de recurrir a las sustancias químicas -ahora es el LSD*- para hallarla. No estoy hablando en absoluto de la marihuana, que es otro asunto totalmente distinto y un producto natural de la tierra. Me refiero a una sustancia química que es resultado de vuestro conocimiento tecnológico.
* Ácido lisérgico dietilamida-25. Un «viaje» puede durar desde cinco horas a ocho, o incluso más. Pero no existe una experiencia psicodélica única para todas las personas, tanto en lo que se refiere a la duración como al contenido. Es una cuestión demasiado personal. Cabe observar, no obstante, que aquí las afirmaciones de Seth se refieren sólo al LSD, administrado en ciertas condiciones. Hay otras sustancias químicas alucinógenas que no se mencionan en el texto.
Cuando os sentís felices y satisfechos en vuestra vida diaria, se puede decir que estáis en un estado de gracia. En esas ocasiones en que os sentís unidos al universo, o vivís una experiencia excepcional en la que os parece traspasar vuestros límites, se puede decir que estáis en un estado de iluminación, que puede tener diversos grados y niveles. En tal estado vuestra salud física general se beneficia, aunque puede haber algunas creencias que lo impidan.
Estos estados naturales activan en las células la memoria «pasada» que tiene que ver con vuestra respuesta celular de felicidad, producida por ciertos acontecimientos particulares de vuestra vida, tanto si sois conscientes de ellos como si no.
Esta clase personal de memoria celular acciona a su vez otras capas dentro de las células. De nuevo, cada átomo y molécula contiene en su interior la «memoria» de sus experiencias «anteriores». Según el estado de iluminación o de gracia, ese sinnúmero de memorias pueden activarse sin que ello afecte necesariamente a vuestra experiencia personal (aunque los sucesos de vuestra vida pueden aparecer en ellas en un marco totalmente distinto del que os es familiar).
Todos los sucesos de vuestra vida están registrados en la memoria del universo, por ejemplo. Así pues, en un estado de iluminación se puede activar la memoria celular personal y, transcendiendo esos límites, también un nivel más profundo de conocimiento en el que se explica vuestro propio nacimiento y muerte.
Naturalmente, en diversas ocasiones experimentaréis espontáneamente dicho estado de gracia o iluminación, aunque quizá no lo denominéis así. Os sentiréis en paz con vosotros mismos y con el mundo, o transcenderéis vuestros límites y sentiréis que sois parte de sucesos y fenómenos que normalmente no se consideran propios. En mayor o menor medida, estas experiencias son naturales y forman parte de vuestra herencia.
La mente consciente forma parte del ser interior y está en constante cambio. En relación con la conciencia de las especies, se trata de un avance de gran importancia. Se nutre de las fuentes de vitalidad y rejuvenecimiento, que llegan naturalmente hasta la conciencia. Los psicólogos suelen tratar con personas que están inmersas en problemas, porque el hombre feliz no tiene necesidad de tratamiento. Se han llevado a cabo pocos estudios que traten de descubrir por qué una persona es feliz, aunque se trata de una cuestión muy importante.
Al utilizar grandes dosis de LSD con fines terapéuticos, se produce un estado de demencia químicamente forzada. Con «demencia» me refiero a una situación en la que la mente consciente se ve forzada a un estado de indefensión. Se produce un ataque no sólo a la psique, sino al marco organizador que os permite existir racionalmente en el mundo que conocéis. El ego, naturalmente, no puede aniquilarse en la vida física. Si se destruye, de inmediato surgirá otro desde el ser interior que es su origen.
En tales condiciones, se está obligando a la conciencia del ego a enfrentarse a su propia muerte en un encuentro que no debería ocurrir, mientras el cuerpo físico lucha por su propia vida y vitalidad. Con ello se provoca un dilema de enormes proporciones.
Es cierto que se descubre el paisaje de la psique, lo cual aporta mucha información al psiquiatra. Pero las experiencias vividas por los pacientes -y me refiero a las dosis masivas- suponen la representación, por medio de ese terrible encuentro, del nacimiento de la especie a la conciencia, y su muerte cuando la conciencia cae aniquilada, seguida de su "renacimiento" mientras el paciente lucha para surgir de nuevo de estas dimensiones que no le son propias.
Esto altera las estructuras biológicas y psíquicas más profundas. No digo que se deteriore, aunque también puede suceder según la situación. Hay un ataque a lo más hondo de la conciencia. Cuando en estas condiciones "se perciben" períodos de trascendencia, representan el nacimiento psíquico de una nueva personalidad a partir de la misma fuente que la anterior, y de la muerte psíquica de ésta. En algunos casos los mensajes genéticos han cambiado, dado que las personalidades son distintas. Esto es un asesinato psíquico dentro de un marco tecnológico.
Bajo los efectos del LSD sois muy sugestionables. Si os dicen que el ego debe morir, lo mataréis. Seguiréis telepáticamente las ideas de vuestro guía incluso en el mejor de los casos. El «renacimiento»
psíquico quizás os deje toda una nueva serie de problemas que, aunque surgen de lo viejo, en un primer momento resultan indescifrables.
El nuevo ego es muy consciente de las condiciones de su nacimiento. Sabe que nació a partir de la muerte de su predecesor y, llevado por sus sentimientos de dicha trascendente, naturales en su nacimiento, teme esa aniquilación de la cual surgió.
La integridad natural como criatura no es la misma. No se "confiará" en el mundo físico de la misma manera, pues la alianza con él no es tan segura. El «ser» que nació del cuerpo y creció en él ha desaparecido, y ha surgido otro «ser» de esa organización previa.
Estos cambios en el ser se producen de forma natural a medida que la vida avanza, y cuando el ser se perfecciona en cierto momento es distinto de lo que era antes. Cuando esto ocurre «por sí solo», es un reflejo innato de la creatividad de la psique y tiene lugar a su ritmo, el cual depende de los ciclos de la mente, la sangre, la conciencia y las células de una manera que por ahora no comprendéis. Pero la estructura entera y sus relaciones subsidiarias cambian a la vez, y la mente consciente es capaz de asimilar lo que está sucediendo.
A medida que crecéis, sobrevivís a muertes que ocurren constantemente dentro de vosotros, y atravesáis una serie de nacimientos que no comprendéis. Estas dosis masivas de LSD activan químicamente "todos" los niveles de la memoria celular hasta tal punto, que en cierta manera pierden el control de sí mismos, y las memorias pueden surgir de forma impredecible cuando el sistema está en tensión. La sutil alianza biológica y psicológica se debilita.
Si llegáis a tales extremos para sacar a la luz conocimiento interno es porque creéis que el ego es un hijastro del ser.
Las personas aceptan estos procesos porque no son conscientes de la capacidad de recuperación de su conciencia. De manera que el paciente y el terapeuta comparten la creencia de que la mente consciente no tiene un acceso fácil al conocimiento necesario.
Asimismo comparten otras creencias; por ejemplo, que el ser interior es un depósito de temores, terrores y actos salvajes reprimidos; que hay que obligar al ser interior a deshacerse de ese material para que pueda expresar su poder, energía y fuerza de un modo creativo y positivo; y que, por tanto, el ser debe primero enfrentarse a todos esos terrores de su pasado antes de poder liberarse de los temores del presente.
Pues bien, éste no es más que el sistema de creencias en el cual se mueven el paciente y el terapeuta. La espontaneidad de esas sesiones "parece" brindar a los psiquiatras y psicólogos un mapa de la psique. Estadísticamente las experiencias individuales, aunque distintas, siguen naturalmente ciertas pautas, las que dictan las creencias conscientemente reconocidas, a las que se reacciona telepáticamente.
Por debajo de todo esto, se puede vislumbrar en símbolos un paisaje definido, aunque distorsionado, de la psique. Estos símbolos son el intento de la conciencia de representar la memoria celular. El movimiento psíquico siempre excita a las moléculas. El «conocimiento» innato de las moléculas, latente y fácilmente disponible, va conformando el «conocimiento» de las células. Trabajan en armonía. Con ese ataque psíquico de las dosis masivas de LSD, la misma comprensión de las moléculas trata de dividirse en dos. No podéis percibirlo físicamente, pero la integridad celular misma "puede" verse amenazada. Ruburt tiene mucha razón en pensar que esto es mucho peor que cualquier terapia de choque física.
Lo peor de todo es que no hay ninguna necesidad de experimentar ese proceso. Todo este tratamiento se basa en la idea de que la mente consciente es muy insuficiente, que los problemas más profundos le resultan desconocidos, que es sólo un instrumento analítico, e incapaz de tratar con material psíquico o muy intuitivo. Pero sólo son vuestras creencias las que hacen que esto sea así.
Esta agresión a vuestra conciencia pone en peligro la estabilidad de la especie, e insulta vuestra integridad como criaturas. Quizá digáis que estas sustancias químicas son naturales porque existen en la realidad que conocéis, pero el cuerpo está equipado para tratar con ingredientes que proceden de la tierra. Las grandes dosis de estas drogas «artificiales» no se asimilan con facilidad, y provocan una confusión biológica.
Dentro de su marco autóctono, algunos indios americanos utilizan peyote a su manera, pero no de un modo excesivo que aturda y aniquile su sistema corporal. Lo aceptan como un ingrediente natural que pertenece a su estructura terrestre. No tratan de proyectarse fuera de la existencia, sino que lo utilizan para incrementar las percepciones innatas que tienen.
Se convierten en parte de Todo Lo Que Es -tal como deberían-sin morir por ello. Son capaces de asimilar su conocimiento y de dirigirlo intencionadamente tanto hacia su vida individual como hacia su estructura social. También lo emplean dentro de su sistema de ideas, naturalmente, en la cual su condición de criaturas vivas se comprende y se da por sentada. La mente consciente se ve como un complemento del ser biológico, en vez de un detrimento.
Tal como mencioné anteriormente, hoy día hay básicamente dos escuelas de pensamiento.
Una considera que la mente consciente y el intelecto poseen todas las respuestas, pero eso significa que la mente consciente es sobre todo analítica, y que puede hallar todas las respuestas a través de la razón sola. La otra escuela de pensamiento considera que las respuestas residen en los sentimientos y la emoción. Ninguna de las dos tiene razón. El intelecto y la emoción "juntos" componen la existencia, pero el principal error es creer que la mente consciente debe ser analítica sobre todas las cosas, como algo opuesto, por ejemplo, a la comprensión o asimilación del conocimiento psíquico intuitivo.
Ninguna de las dos escuelas comprende la flexibilidad y las posibilidades que son inherentes a la mente consciente, y la humanidad apenas ha empezado a usar su potencial.
Extracto de Habla Seth III
A través de Jane Roberts
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