martes, 28 de marzo de 2017

Las Reglas del Mago Blanco. (V.B. Anglada)


Las Reglas del Mago Blanco.
Un mago –un mago blanco–, sea cual sea su evolución, debe atenerse siempre a las siguientes condiciones: primero, debe poseer una integración perfecta de sus vehículos de manifestación, conocemos solamente el cuerpo físico, el cuerpo astral y el cuerpo mental, pero hay otros cuatro cuerpos que desconocemos, o al menos no los podemos expresar todavía.
Y el mago –el aprendiz de mago– tiene que trabajar en el sentido de liberarse del sentimiento de separatividad; la separatividad entraña siempre el egoísmo, el yo que absorbe todas las energías del Espacio para su propio sustento sin pensar en los demás.
Hay que tener en cuenta también aquello que podríamos denominar las características inferiores del hombre latentes en la sustancia, y que presiden el aislamiento de un hombre con respecto a otro, el egoísmo de la materia, que es el egoísmo de la forma geométrica, dense cuenta.

Y finalmente, el orgullo y la ambición, que no conoce fronteras y que incluso ha penetrado en la vida de los iniciados, constituyendo aquella condición que le impide percibir correctamente lo que es la Ley, lo que es el Orden, lo que es el Principio, lo que es el Espacio, más allá del concepto que tenemos de la Divinidad, ¿se dan cuenta?, si para nosotros la Divinidad es inexpresable, ¿qué será el Espacio que contiene todas las Divinidades? ¿Se dan cuenta el problema que enfrenta el mago cuando tiene que trabajar realmente, de acuerdo con la Ley, de acuerdo con el Orden y de acuerdo con la Creación?
La separatividad corresponde siempre a la adherencia de nuestro Yo a sus vehículos de expresión, y esto lo sabemos porque desde que hemos empezado nuestro recorrido esotérico se nos han indicado las reglas, los principios y el orden que debemos seguir para convertir nuestra vida en creativa, en realmente espiritual, son las condiciones que se aprenden en no importa qué ashram de la Jerarquía.
Pero, ¿qué nos enseña la magia? Ya desde un buen momento, algo que ya se sabe de la abstracción de decir: “hay que purificar los cuerpos”, o hay que controlarlos, hay que dirigirlos, hay que convenientemente integrarlos, sino que te dice muy concretamente: “cada uno de tus cuerpos es una entidad”, una entidad que debe reflejar la entidad Espacio, la entidad Monádica, la entidad Egoica y la entidad Personal, y entonces aquí ya empieza un nuevo descubrimiento para el esoterista, para el discípulo entrenado, y es la manera de trabajar sobre sus tres elementales, sus tres cuerpos, para llegar a un punto de síntesis espiritual que le permita establecer la línea directa de comunicación entre su pequeña personalidad en los tres mundos y la propia Mónada espiritual.
El proceso entonces se hace cada vez más científico, porque no tratamos con algo abstracto, el cuerpo, ¡sí, el cuerpo!, ¿cómo es el cuerpo? Hablamos de aquella condición mediante la cual reconocemos que cada cuerpo tiene su propia conciencia, una conciencia propia que le es inherente, que todo su poder está en la atracción que siente por aquel centro molecular, espacial, o geométrico del cual depende, porque en nuestro caso, la Mónada se refleja en la mente, el Ego se refleja en el cuerpo emocional, y la forma geométrica se refleja en el cuerpo físico.
Todos tenemos una forma geométrica, ¿verdad?, y esta forma geométrica está estructurada, está formada por elementos moleculares, y cada una de las moléculas de esos conjuntos atómicos tienen también su propia conciencia, y la totalidad de las conciencias integrantes de los cuerpos constituyen aquello que llamamos "mi cuerpo", mi cuerpo físico, mi cuerpo astral, mi cuerpo mental, en un sentido de propiedad que es negativo, que no es verdadero, este sentido es falso, es algo completamente aparte de nosotros, es algo con lo cual nos han revestido –como conciencia– y que nosotros tenemos el deber sagrado de llevar a un punto de redención.
La redención constituye el desafío del discípulo, la redención del cuerpo físico, la redención del cuerpo astral y la redención del cuerpo mental, porque, realmente, lo mismo que hace el Logos con nosotros debemos hacer nosotros con las infinitas vidas atómicas que constituyen nuestros cuerpos, porque no solamente es molecular o atómico el cuerpo físico, mediante el cual todavía tenemos que reconocernos, sino que el cuerpo astral, el cuerpo mental e incluso los cuerpos superiores, el búdico, el átmico, el monádico y el ádico, son moleculares.
Ahora bien, ¿qué es lo que define un plano de otro?
La sutilidad, el desarrollo de la conciencia de aquel Arcángel que constituye la vida de un plano, el cual a su vez representa una de las virtudes del Logos Solar, y lo que pasa entre el Logos Solar y sus planos sucede con los Logos Planetarios a través de sus componentes o sus esferas de expresión, y lo mismo sucede con los hombres, pero los seres humanos actualmente solamente tienen una conciencia, una autoconciencia desarrollada que es el cuerpo físico, recién ahora empezamos a tener autoconciencia astral, la autoconciencia mental prácticamente es desconocida, de ahí que no tenemos continuidad de conciencia, que una vez que estamos sumidos en el sueño ya se ha perdido toda relación entre lo exterior y el cerebro, hay una zona de nadie que solamente queda llena por los sueños.
¿Y los sueños qué son? Los sueños en realidad son las ataduras de la conciencia sobre el pasado ancestral, me refiero naturalmente a los sueños corrientes, no hablamos de la conciencia del iniciado, ni tampoco de la conciencia reiterativa o meditativa de los grandes discípulos, me refiero a tal como somos ahora en realidad, un conjunto de moléculas organizadas de acuerdo con la ley mágica de creación, sin un poder aglutinante que sea capaz de integrarlos.
Entonces, no podemos ser magos, no podemos comprender el Espacio si no comprendemos primero esta triple relación que existen entre los cuerpos en virtud de las leyes de la evolución, si no comprendemos exacta y profundamente que nuestra mente es incapaz de taladrar este misterio y, finalmente, que somos inermes completamente ante la adversidad, la adversidad que puede revestir cualquier extraño propósito kármico, pero que no podemos controlar.
Se nos dice que la astrología nos da la ciencia del futuro, yo digo que no es cierto, al menos, será la ciencia del futuro para las personas involucionadas, pero para nosotros, con ciertas dotes mentales establecidos por el estudio, por el trabajo, por la meditación, la astrología falla por completo, a menos que el astrólogo tenga intuición, que no se deje llevar solamente por lo que está escrito en el mapa astrológico, sino que sepa interpretar a la persona en sí, lo cual nos lleva a la conclusión de que aún sin mapas astrológicos el iniciado puede comprender el futuro de cualquier ser humano e incluso conocer su pasado viendo su reflejo en el presente, es decir, aquello que llamamos el aspecto lunar sobre la persona, sobre lo que es en el sentido de cuerpos.
Si hablásemos en términos de conciencia seria otra cosa, porque como Uds. saben, en astrología convencional, el aspecto personal regido por las estrellas es la expresión kármica o del destino del individuo, pero la evolución trasciende la astrología y "los astros inclinan pero no obligan", lo cual significa que se ha ganado un círculo-no-se-pasa mayor dentro de las inconmensurables oquedades del Espacio.
Lo que somos, lo que fuimos y lo que seremos está marcado en los cielos, pero se refiere solamente al aspecto kármico de los cuerpos, pero si hablamos en términos de espíritu o si hablamos en términos de Yo espiritual o egoico, falla por completo, porque la integración en un individuo puede significar la integración del pasado, del presente y del futuro, porque todos tenemos un pasado, y este pasado se refleja en el presente, y al propio tiempo estamos cimentando la base de lo que será el futuro, y eso está marcado, pero, ¿qué sucede con las personas integradas, con los magos que todos somos en potencia, sino el poder que traslada la conciencia a puntos inverosímiles de comprensión y de plenitud?
Naturalmente, se puede pensar que al hablar de la magia, de los aspectos técnicos de la magia, de las condiciones que rigen la actitud del mago, o de todas aquellas condiciones inscriptas dentro del destino de cualquier ser humano, están marcadas en el cerebro, en la mente de los grandes instructores de la raza y que, por lo tanto, nos comunican la fuerza del Espacio a nuestros cuerpos temporales.
Entonces, un mago blanco –porque nada tenemos que saber, o de creer, o de coincidir con lo que es la magia negra– está dentro de estos limites no condicionantes, sino cada vez más amplios que nos permiten vivir de acuerdo con las leyes sacrosantas de aquella entidad que ha facilitado todo cuanto existe y que está removiendo constantemente los éteres con nuevas creaciones, porque para el Espacio el tiempo no existe; el tiempo existe para los seres humanos, pero a partir de cierta conciencia integrada del ser humano aquí en la Tierra, el tiempo deja de tener una importancia capital, al menos el tiempo psicológico, porque el tiempo cronológico es otro, es muy distinto del aspecto psicológico, nos sentimos llevados de aquí para allá por la fuerza del destino, y este destino no es un destino personal, irreversible o que sea único, sino que este destino incluso vale para los Logos, vale para los Dioses, porque cuando se inicia un universo lo que hace un Logos, un centro creador, es poner atención sobre un punto determinado del Espacio, crea un vacío, se mete dentro, y empieza el trabajo creador, es el trabajo atómico de cavar agujeros en el éter.
Ésta es una idea muy difícil de comprender si no se tiene intuición, porque hacemos esto y no encontramos nada, pero desde ciertos niveles esto es espeso, y un átomo es un agujero dentro de esto tan espeso que no podemos concebir, de ahí que el mago debe conocer estas condiciones del Espacio, porque debe operar sobre las fuerzas vivas del Espacio, debe crear unas condiciones vivas de potencia, de alertitud, de vida serena.
Es así como se va forjando el mago, él tiene una conciencia estructurada de acuerdo con la ley, posee los cuerpos dimensionales, los cuerpos moleculares o intermoleculares, y el cuerpo geométrico completamente integrados, lo cual significa que está trabajando junto con los tres elementales que construyen sus cuerpos, les da su vida y ellos responden a esta vida, y todo cuanto sucede en la humanidad, el separativismo, las guerras, los desastres, solamente pueden ser medidos en su causa por la separatividad de los vehículos entre sí, que no hay integración en la humanidad es evidente, de ahí la apertura de los grandes bloques que están luchando entre sí, y los bloques intermedios que están adheridos de una u otra manera con los grandes bloques, de manera que siempre estamos luchando porque no hay integración. Entonces, el rigor astrológico cae sobre el mundo como una maldición, es el Apocalipsis con visos de realidad, porque realmente hemos creado las condiciones para que esto se complemente en la acción y nos impida percibir la realidad.
Es decir, todo esto se lo digo a ustedes porque el Espacio que es donde ha de trabajar el mago es imposible de describir e incluso imposible de intuir, no se puede utilizar la mente en el Espacio, porque el Espacio es la suma total de todas las mentes, es la suma total de todos los espíritus, de todos los Egos y de todas las formas geométricas de no importa que tipo de universo.
Por lo tanto, ateniéndonos a esto vamos a ver qué podemos hacer. ¿Qué hace un Logos con el Espacio? Hablamos en un sentido de magia operativa o de magia práctica o de magia organizada. El vacío que el Logos introduce -fíjense lo difícil que es expresar esto- dentro del Espacio y que será donde tendrá que realizar su creación es en realidad una cruz, una cruz marcada por los Señores del Karma ultracósmico, los cuales partiendo del centro de la atención del Logos dentro de aquel vacío creado, están creando el círculo-no-se-pasa del universo que utilizará aquel Logos, y estos Señores del Karma que han creado la cruz dentro de aquel vacío son los que marcarán el sentido geográfico y geométrico de toda la creación logoica, los que utilizarán los cuatro puntos cardinales de aquel vacío para introducir dentro del mismo a todas aquellas entidades logoicas, aquellas entidades egoicas, y todas las formas moleculares y geométricas que necesita aquel Logos para expresarse.
Partimos de la base que existe también un destino astrológico para los Logos, está más allá de nuestro entendimiento, pero existe, es una ley de la comprensión de la magia organizada en nuestro planeta, porque estamos viviendo unas eras trascendentes. Y Uds. dirán: ¿de qué nos sirve hablar de magia? Es que somos creadores de magia, porque nosotros creamos los gobiernos, creamos la cultura, creamos la civilización, creamos los ambientes sociales, creamos el misterio de la muerte, porque carecemos de vida interior y, por lo tanto, todo lo estamos creando nosotros, la muerte y el nacimiento son las armas que utilizamos, y nunca nos quedamos en el centro, en el centro de la vida que está más allá de la muerte y del nacimiento, y todo esto podemos realizarlo aprendiendo a realizar estos vacíos.
Y, por favor, no me pregunten qué técnica deben emplear para introducir dentro del Espacio que nos rodea aquel vacío dentro del cual ustedes serán señores de su propio destino, de su propio karma, de su propia magia creativa, este es el proceso que hay que seguir. Sin embargo, y naturalmente este vacío se logra con la integración.
Cuando el cuerpo físico, el cuerpo astral y el cuerpo mental están integrados constituyendo una esfera luminosa, entonces aquella esfera se hace radioactiva, introduce la energía de redención de la materia que permite el acercamiento de los mundos, los mundos se acercan por radioactividad, o sea, por irradiación, cosa que debemos aprender nosotros porque es la técnica mágica de la Nueva Era, constituir puntos vibrantes y irradiantes que podamos comunicarnos aún sin palabras con los demás, constituyendo vacíos cada vez más amplios, unos vacíos creadores que nos harán magos.
Porque dentro de estos vacíos, sin darnos cuenta, invocaremos a los devas, a las fuerzas invisibles del Espacio, mediante el cual debemos crear, pues la energía sigue al pensamiento, y la energía que sigue al pensamiento es la fuerza dévica de la creación, la electricidad que nos decía el otro día el amigo Llucía.

Es decir, que todo es magia, incluso la electricidad es una forma de magia, el fuego es magia, el fuego creativo me refiero, el fuego que se infunde dentro del vacío creador, que hace que todas las células, que todos los componentes atómicos, y que todas las formas geométricas se hagan radioactivas.
Nosotros tenemos que convertir el triple cuerpo en un planeta sagrado, y cuantos más seres humanos existan que hayan integrado sus cuerpos de acuerdo con la redención de la materia que los componen, en la justa medida, el Logos Planetario podrá acceder a aquellas iniciaciones que convertirán a nuestro planeta en un planeta sagrado, no antes, tampoco después, en el momento justo, el momento apropiado, el momento de las grandes decisiones, el momento de la magia organizada tal como la comprenden los grandes instructores, de los cuales somos unos pequeños y humildes discípulos.
Y, a pesar de todo, a pesar de lo abstracto que pueda parecer el comentario sobre magia organizada hablando del Espacio, dense cuenta que a medida que dentro de nosotros se hagan espacios cada vez más grandes, en esta justa medida penetraremos en el designio creador del Logos, en el designio creador a través del cual se manifiesta por medio de la Jerarquía o de la Gran Fraternidad, y aprender ya desde un principio a valorar los hechos de acuerdo con la ley, no de acuerdo con nuestra pequeña voluntad, estas pequeñas voluntades de los hombres que se oponen constantemente a la voluntad de Dios y que, por lo tanto, nada saben del Espacio, porque el Espacio es tan impersonal que solamente convirtiéndonos nosotros en Espacio seremos capaces de comprenderlo.
Conferencias Magia Organizada Planetaria - Por Vicente Beltrán Anglada - Barcelona, 6 de junio de 1987
http://maestrosdecorazones.blogspot.com.es/

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